Vehículos
¿Por qué los semáforos se ponen intermitentes durante la noche? Hay que estar atentos al color de la luz que parpadea
Algunas ciudades del mundo han instalado redes semafóricas inteligentes que permiten una mejor gestión de la movilidad.


Es común que durante la noche, ciertos semáforos en calles o avenidas de menor tránsito cambien su funcionamiento normal por un modo intermitente.
Este fenómeno, aunque para muchos pasa desapercibido, responde a decisiones técnicas y de seguridad vial que buscan mejorar la fluidez vehicular sin comprometer la seguridad.
Sin embargo, hay algunos modos que los conductores deben conocer para entender si pueden continuar su marcha o si deben detenerse, ya que esto depende si la luz es amarilla o roja.

Reducción del tráfico nocturno
La razón principal por la que los semáforos se ponen intermitentes en la noche está directamente relacionada con el volumen de tráfico. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) de España y estudios del Instituto Nacional de Vías (Invías) en Colombia, el flujo vehicular disminuye drásticamente después de las 10:00 p. m., especialmente en zonas residenciales y secundarias.
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Ante este escenario, mantener el ciclo completo del semáforo (verde, amarillo y rojo) podría generar demoras innecesarias para conductores que circulan a esas horas.
Por esta razón, las autoridades de tránsito programan los semáforos para operar en modo intermitente, generalmente con luz amarilla parpadeante, como señal de precaución. De esta forma, se busca mantener el control en las intersecciones sin afectar la movilidad.
Luz intermitente amarilla vs. roja: ¿qué significan?
Cuando un semáforo muestra una luz amarilla intermitente, está indicando que los conductores pueden continuar la marcha con precaución, cediendo el paso si es necesario.
En cambio, si la luz intermitente es roja, esto implica una obligación de detenerse completamente antes de avanzar, similar a una señal de “pare”.
Esta diferenciación permite regular las intersecciones según el tipo de vía y el flujo vehicular predominante durante la noche.

Seguridad vial: un factor determinante
La modificación del funcionamiento de los semáforos por la noche no se realiza arbitrariamente. Se basa en estudios de seguridad vial que indican que, aunque el tráfico disminuye, el riesgo de accidentes aumenta en horas nocturnas, especialmente por fatiga, exceso de velocidad o conducción bajo efectos del alcohol.
Un estudio publicado por el Instituto de Seguridad Vial de la Universidad de Michigan reveló que el 41% de los accidentes fatales en Estados Unidos ocurren entre las 9:00 p.m. y las 6:00 a.m.
En este contexto, el modo intermitente busca reducir los tiempos muertos en semáforos y, al mismo tiempo, obligar a los conductores a estar más atentos al entorno.
Ahorro energético y mantenimiento
Además de mejorar la fluidez vehicular y la seguridad, el modo intermitente también tiene ventajas técnicas.
Expertos en el tema coinciden en señalar que este modo reduce el consumo energético y alarga la vida útil de los componentes electrónicos de los semáforos, al disminuir los ciclos de encendido y apagado del sistema completo. Esto se traduce en menos gastos de mantenimiento y mayor eficiencia operativa para las ciudades.

Tecnología y programación inteligente
En ciudades con sistemas de semáforos inteligentes, como Medellín, Ciudad de México o Barcelona, el cambio a modo intermitente se realiza automáticamente mediante sensores y algoritmos que detectan el nivel de tráfico en tiempo real. Estos sistemas ajustan el comportamiento del semáforo de forma dinámica, brindando mayor seguridad y eficiencia vial.
Incluso, algunos semáforos inteligentes están conectados a redes de Internet de las Cosas (IoT), lo que permite monitoreo remoto y ajustes inmediatos en caso de emergencias, cortes de luz o incidentes viales.