Vehículos
Definen la suerte de cuatro exdirectivos de Volkswagen por escándalo del ‘dieselgate’: vehículos eludían normas ambientales
Este escándalo le ha provocado a la compañía alemana pagos en multas


Cuatro exdirectivos de Volkswagen han sido condenados este lunes por un tribunal alemán por su papel en el escándalo del encubrimiento de las emisiones reales de los motores diésel, el conocido como caso ‘dieselgate’, que empañó la imagen del fabricante de automóviles y le costó miles de millones de euros.
Tras cuatro años de juicio, el Tribunal Regional de Braunschweig ha condenado este lunes al ex directivo Heinz-Jakob Neusser a un año y tres meses de cárcel en suspenso por su papel en el escándalo desatado al descubrirse que los vehículos estaban equipados con un software para eludir las normas de emisiones.
Otro directivo, Jens H., debe cumplir 4 años y medio de cárcel por manipular el software de más de 2 millones de vehículos para disimular las emisiones reales. Por su parte, el exdirectivo Hanno J. ha sido condenado a 2 años y 7 meses, y Thorsten D. a 1 año y 10 meses. Los cuatro habían negado las acusaciones.

Casi una década después de que estallara el escándalo del ‘dieselgate’, el tribunal ha dictado sus primeras sentencias en la investigación penal que apunta a altos cargos de la marca principal de Volkswagen. Fueron acusados en 2019 de tener vehículos equipados con software de manipulación de emisiones en un caso que afectaba a 9 millones de coches vendidos en Europa y EE. UU..
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Durante el juicio, el tribunal redujo el caso a menos de 4 millones de vehículos.
El núcleo de las acusaciones se centraba en que los autos estaban equipados con los llamados dispositivos de desactivación, que daban lugar a dos tipos diferentes de emisiones, dependiendo de si los vehículos se probaban en el laboratorio o se utilizaban en la calle. En la calle, en un escenario de “conducción real”, las emisiones de óxido de nitrógeno tóxico eran mucho más altas que durante las pruebas, según el dictamen.

El asunto del diésel desató la indignación mundial y provocó la salida de la empresa del anterior consejero delegado de Volkswagen, Martin Winterkorn, en septiembre de 2015, pocos días después de que las autoridades estadounidenses revelaran su investigación.
La propia Volkswagen había resuelto la investigación penal en 2018 pagando 1.100 millones de dólares a los fiscales alemanes.
El escándalo de las emisiones diésel ha costado hasta ahora al fabricante de automóviles más de 37.534 millones de dólares, incluidas las fuertes sanciones que formaban parte de un acuerdo con las autoridades estadounidenses.
La empresa sigue enfrentándose a litigios civiles en su país de origen, incluida una demanda colectiva de inversores por valor de 9.000 millones de euros.
Decenas de acusaciones contra otros empleados se retiraron o se les permitió llegar a un acuerdo y algunos testificaron más tarde en el juicio, lo que suscitó las críticas de los actuales acusados, que dicen haber sido señalados y convertidos en chivos expiatorios.
Winterkorn estaba acusado de fraude comercial, manipulación del mercado y falsedad en sus declaraciones, según el escrito de más de 600 folios remitidos por la acusación al tribunal.
En concreto, al ex CEO de Volkswagen no se le acusaba de ser el instigador del caso, sino de no impedir el uso del software alterado de medición de emisiones una vez que se enteró de su existencia, lo que permitió que se vendieran 9 millones de coches con esta trampa en Europa y Estados Unidos, causando un perjuicio total de 100 millones de euros a los clientes.

La segunda acusación alega que Winterkorn y otros dos miembros del consejo de entonces informaron demasiado tarde a los mercados sobre el amaño de las emisiones diésel.
La tercera acusación fue presentada por los fiscales de Berlín en 2021, en la que alegan que Winterkorn mintió al testificar en una investigación parlamentaria en enero de 2017.