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Arena y mar, poderosos enemigos de los autos: cuáles son los daños más comunes que sufren los carros en las ciudades costeras
El cuidado de los autos en las ciudades con playa debe ser mucho más estricto; los niveles de salinidad en el ambiente y la arena pueden tener graves consecuencias en el cuidado de los carros.


Vivir cerca del mar puede ofrecer paisajes hermosos, clima cálido y una vida tranquila. Sin embargo, los propietarios de vehículos en zonas costeras enfrentan un enemigo silencioso: la combinación de arena y agua salada.
Estos elementos naturales, aunque aparentemente inofensivos, pueden acelerar el desgaste de un carro y reducir significativamente su vida útil si no se toman las medidas adecuadas.
La corrosión: el enemigo número uno
El principal daño que sufren los vehículos en ciudades con playa es la corrosión.

La sal presente en el aire marítimo y en el agua del mar tiene un efecto altamente oxidante sobre los metales. Cuando la sal entra en contacto con la humedad, se forma una solución electrolítica que acelera el proceso de oxidación, especialmente en partes metálicas expuestas como el chasis, el sistema de escape, los frenos, la suspensión y otros componentes del tren motriz.
Según la Society of Automotive Engineers (SAE International), los vehículos expuestos a ambientes salinos pueden comenzar a mostrar signos de corrosión en tan solo seis meses si no reciben mantenimiento adecuado.
Esta corrosión no solo afecta la estética del vehículo, sino que compromete la seguridad, ya que puede debilitar estructuras críticas del automóvil.
El efecto abrasivo de la arena
La arena también representa una amenaza considerable. Su composición de partículas diminutas y filosas actúa como una lija natural. Cuando el viento la arrastra, puede rayar la pintura del vehículo, las ventanas, los faros y otras superficies expuestas.
Con el tiempo, estos rayones permiten que la humedad y la sal penetren más fácilmente, acelerando aún más el proceso de corrosión.
Además, si la arena entra al motor a través del sistema de admisión de aire, puede causar daños graves en los cilindros, pistones y válvulas, disminuyendo el rendimiento del motor y acortando su vida útil.

Zonas más vulnerables del vehículo
Los carros estacionados o utilizados frecuentemente en ciudades costeras tienen varias zonas críticas donde el daño es más evidente:
- Bajo carrocería: Es el área más propensa a acumular sal y humedad. Los sistemas de frenos, suspensión y escape pueden deteriorarse rápidamente si no se limpian con regularidad.
- Paneles de las puertas y guardabarros: Estas zonas suelen retener humedad y arena, especialmente después de conducir por la playa o bajo la lluvia.
- Motor y compartimiento del motor: La exposición constante a aire salado puede corroer terminales eléctricos y conexiones metálicas.
- Sistema eléctrico: La sal puede provocar cortocircuitos y fallos en sensores y módulos electrónicos debido a la oxidación de conexiones y componentes.
¿Cómo prevenir estos daños?
Afortunadamente, existen medidas preventivas que pueden reducir significativamente el impacto de la sal y la arena en los vehículos:

- Lavado frecuente: Se recomienda lavar el carro al menos una vez por semana, especialmente el bajo carrocería. Usar agua dulce ayuda a eliminar residuos salinos acumulados.
- Encerar el vehículo: Aplicar una buena cera protectora forma una barrera que protege la pintura contra la arena y la sal.
- Revisión periódica: Es fundamental revisar el sistema de frenos, suspensión y escape para detectar signos tempranos de corrosión.
- Estacionamiento bajo techo: Proteger el vehículo de la brisa marina ayuda a disminuir la exposición constante a la salinidad.
- Uso de tratamientos anticorrosivos: Existen aerosoles protectores para partes metálicas expuestas que forman una película repelente de humedad.