Turismo
Así es el Corredor Polaco, una joya turística escondida en el centro de Manizales que combina arquitectura, historia y cultura
Es un lugar para no perderse en un viaje a la capital de Caldas.

Manizales, capital del departamento de Caldas, es uno de los destinos imperdibles para conocer en un viaje por el Eje Cafetero. Conocida como “la ciudad de las puertas abiertas”, porque se dice que sus habitantes siempre reciben a los viajeros con la mejor energía, es un lugar ideal para pasar unos días de vacaciones.
Es un buen destino para recorrer espacios naturales, pasear por sus calles decoradas con hermosas casas de tradición y experimentar el aroma de un delicioso café, en medio de la tranquilidad del ambiente.
Uno de sus grandes y reconocidos atractivos es la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario, una edificación que se encuentra en pleno centro de la ciudad y que se caracteriza por ser la más alta del país, con un total de 106 metros y capacidad para albergar a 5.000 personas.
Según la Arquidiócesis de Manizales, esta catedral cuenta con 2.500 metros cuadrados de área construida, 32.000 toneladas de hierro y concreto importados y una inigualable vista de 360 grados de toda la ciudad.
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En su interior se encuentra el Corredor Polaco, que es considerado una de las joyas escondidas no solo en este lugar, sino en la misma capital caldense. Se trata de un emblemático pasadizo, ubicado en lo alto de la torre de la catedral, el cual ofrece una experiencia única que combina historia y cultura, además de una vista espectacular.
Según el portal oficial de turismo Colombia Travel, el nombre de este lugar proviene de la inspiración en los pasadizos que se encuentran en algunas catedrales europeas, especialmente en Polonia.
Este corredor conecta la parte superior de la catedral y permite un paseo por el interior de sus torres. Al recorrerlo, los visitantes pueden admirar de cerca la intrincada arquitectura de la catedral, incluyendo sus arcos góticos y vitrales coloridos que narran historias religiosas.
Este es un mágico lugar que ofrece una mezcla de elementos arquitectónicos europeos con estilo local colombiano, lo que crea una atmósfera única para quienes llegan hasta este particular y enigmático punto.

Una panorámica incomparable
Realizar un paseo por el Corredor Polaco es encontrarse con una vista panorámica no solo de la ciudad, sino del paisaje montañoso que la rodea. Este lugar les permite a los viajeros entender la conexión espiritual y cultural que los manizaleños tienen con su catedral y su entorno natural.
De igual forma, recorrer este espacio se constituye en una experiencia arquitectónica, a la vez que permite realizar una inmersión en las tradiciones religiosas y la historia de la ciudad.
Colombia Travel indica que este pasadizo ha sido testigo de innumerables ceremonias, eventos religiosos y momentos históricos importantes, lo que lo convierte en un punto clave para entender la importancia de la Catedral de Manizales como símbolo de la fe para la comunidad tanto local, como para quienes llegan de otras partes.
Así las cosas, si el viajero está buscando una experiencia única en lugares históricos de Colombia, el Corredor Polaco es un sitio ideal para tenerla, pues ofrece una combinación perfecta de arquitectura neogótica, historia religiosa y una impresionante mirada de Manizales y sus alrededores.