Turismo
La historia detrás del Arca de Noé en Casanare: un “proyecto de Dios” que atrae cada vez a más turistas
Esta icónica embarcación bíblica cobró vida en el corazón del Llano como un símbolo de esperanza y transición: de la era del petróleo al turismo sostenible.

Después de más de una década dedicado a la industria petrolera, Gustavo Monroy Torres, oriundo de Tauramena, Casanare, decidió crear junto a su esposa el Parque Bíblico Tierra de Dios, un espacio que ha ganado popularidad en Colombia por albergar la réplica del Arca de Noé.
Este fue su primer proyecto en el municipio, que rápidamente captó la atención de los viajeros, no solo por el valor religioso que representa, sino por la muestra de creatividad que refleja la estructura, “que tiene aproximadamente 57 metros de longitud por 13 de ancho y 8 metros de altura, enclavada en una piscina con una profundidad de hasta de 1.80 metros y una capacidad de 1.200 metros cúbicos aproximadamente”, comentó Gustavo en diálogo con SEMANA.
La piscina cuenta con dos áreas: una a 40 centímetros de profundidad y otra que empieza a aumentar la profundidad hasta 1.80 metros, apta para cualquier persona.
Para Monrroy, el Arca de Noé es “un proyecto de Dios” por las increíbles manifestaciones que tuvo antes y durante su construcción que duró seis meses, con un grupo de entre 40 y 50 personas que trabajaron día y noche para hacer realidad este proyecto, que más allá de ser un sueño, se convirtió en la primera señal de esperanza para él y todo su pueblo.
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“El turismo en Tauramena es un milagro en medio del proceso de transición que se vive. Yo trabajé en la industria de hidrocarburos durante 16 años y mi Dios genera esto como un milagro, una economía alterna por ahora, que con el tiempo va a ser muy fuerte”, afirmó con esa certeza que le da su fe.
Siendo ingeniero civil de profesión, graduado en Bogotá, de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, Gustavo aseguró que decidió aplicar sus conocimientos para crear el Arca, “después de varios años generando presupuestos, siendo director de obra, gerenciando proyectos de gran envergadura en la industria petrolera”.
Tras la apertura del Arca en 2023 - cuya piscina quedó casi llena luego de una fuerte lluvia que causó inundaciones en el pueblo -, los habitantes de Tauramena comenzaron a ver en el turismo lo que tanto estaban buscando: la posibilidad de construir una economía alternativa más limpia y sostenible, que les permita conservar las maravillas naturales de su tierra y compartirlas con el mundo.
“Soy una persona creyente, con mucha fe y por eso se creó este proyecto del Arca de Noé. El objetivo es dar a conocer los textos bíblicos en un espacio tranquilo”, comentó Monroy con un visible gesto de alegría.
Y es que en realidad, cada proyecto en Tauramena es una muestra de inspiración y resiliencia, con un objetivo común: exaltar los hermosos paisajes del pueblo a través de escenarios inigualables.
Un viaje inmersivo a través de la fe
En el Parque Tierra de Dios también están las réplicas de las pirámides de Egipto, hay zona de restaurante, zona de hamacas y alojamiento, especialmente familiar, que tiene un costo de $50.000 COP por persona.
Cada cabaña tiene una capacidad para 8 personas, excepto una dentro de una pirámide, que busca ofrecer una experiencia diferente.
El recorrido en este lugar puede durar 1 hora y 30 minutos. Sin embargo, por $25.000 COP, es posible disfrutar esta experiencia desde las 8 a.m., “entrar a las pirámides, el arca, la piscina, la zona de hamacas, la zona de la playa, todo está incluido en esta tarifa hasta las 6 p.m.”, explicó Monrroy.
Este parque está ubicado en la vereda El Jagüito, a unos 7 kilómetros del centro del pueblo, lo que representa un trayecto de apenas 7 u 8 minutos.