El pueblo de Santander donde no hay almacenes, plaza de mercado ni droguerías. Estos son sus encantos

Santander es uno de los destinos que les ofrece a los viajeros diversidad de posibilidades cuando se trata de hacer diferentes planes. Normalmente, cuando se piensa en este departamento, a las personas les viene a la mente destinos como Bucaramanga, Barichara, Girón, El Socorro y Zapatoca, entre otros.

No obstante, su oferta va más allá y para quienes aman la simpleza en medio de la tranquilidad, hay un pueblo del cual seguro es posible sacar mucho provecho. Se trata de Jordán, un pequeño municipio ubicado en la provincia de Guanentá, a 80 kilómetros de Bucaramanga.

A este lugar se le conoce porque en su casco urbano habitan muy pocas personas. Allí no hay droguerías, almacenes, ni plaza de mercado, pero sus habitantes no necesitan mucho para ser felices. Se le conoce como el “pueblo fantasma”, precisamente por esta característica tan particular.

Está ubicado en pleno cañón del río Chicamocha y se dice que allí habitan un poco más de mil personas, la mayoría en la zona rural, pues en el pueblo el número no alcanza cien.

En este mágico destino no hay almacenes ni grandes autopistas, tampoco hoteles; en este punto solo se encuentra la Posada del Caminante, una casona de ocho habitaciones, en donde quienes deciden darse un paseo hasta allí pueden pasar la noche y descansar.

Uno de sus principales atractivos es el puente Lenguerke, que cruza el río Chicamocha, el cual fue construido hace más de un siglo, exactamente en 1864. Fue de los primeros puentes levantados en el territorio nacional, además de ser zona de paso del libertador Simón Bolívar. Aunque en 2018 fue restaurado, aún conserva las garitas de piedra donde se vivieron episodios históricos de violencia, precisa el portal Destino Chicamocha.

Otros sitios de interés

Sin embargo, este no es el único punto para visitar. En Jordán hay varios miradores ubicados en la parte alta del pueblo, desde donde se obtienen lindas panorámicas del cañón del Chicamocha.

Se dice que en ese punto, los viajeros tienen la posibilidad de entender mejor la formación geológica del cañón, admirando la falla entre las mesetas de Villanueva y Los Santos; además, están ubicados en fincas tradicionales del territorio.

En el casco urbano vale la pena recorrer el parque principal, un espacio en el que es posible disfrutar de una deliciosa brisa, mientras se descansa sentado bajo la sombra de los árboles.

Si bien no es muy tradicional que las personas visiten los cementerios, el de este municipio tiene una gran importancia histórica. El portal Weekend Santander indica que llegar a este lugar por el antiguo camino real a Villanueva, permite dar un paso atrás en la historia, pues en el recorrido es posible encontrarse con vestigios de las guerras.

Este municipio santandereano es rico en fauna y flora y por eso es un territorio ideal para realizar actividades como el senderismo, avistamiento de aves y otros planes de contacto con la naturaleza.