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Así es el pueblo boyacense con nombre de hermosa ave; un destino de tradición artesanal y lindos paisajes montañosos
Esta población tiene una enorme riqueza histórica y muchos atractivos naturales.

Boyacá es uno de los departamentos que vale la pena visitar en unas vacaciones. Es una región rica en historia y cultura, un territorio clave en la independencia de Colombia, con sitios emblemáticos como el Puente de Boyacá. Además, su belleza natural con lindos paisajes montañosos, lagunas y parques naturales hacen de este lugar un destino ideal para la aventura y al ecoturismo.
De igual forma, quien llegue hasta Boyacá tiene la posibilidad de disfrutar de su típica gastronomía, que incluye platos como las arepas boyacenses, el cocido de esta región y el sancocho de gallina, entre otros. A esto se suma la calidez de su gente que siempre está dispuesta a compartir sus costumbres y tradiciones.
Como si fuera poco, es un departamento con un importante número de municipios, que vale la pena conocer, pues es larga la lista de atractivos que tienen para ofrecerles a los viajeros.
Uno de ellos tiene nombre de hermosas y coloridas aves. Se trata de Guacamayas, que se encuentra localizado al norte del departamento, sobre la cordillera Oriental y tiene una extensión de 59 kilómetros cuadrados, a una distancia de unos 240 kilómetros de la ciudad de Tunja.

El portal Colombia Turismo Web indica que su nombre significa “cercado del sol” y sus orígenes son indígenas, ya que en sus tierras habitaron los indios laches. Estos indígenas fueron sometidos por Hernán Pérez de Quesada.
Artesanías para admirar
Este es un municipio con grandes atractivos, pero uno de los que destacan quienes llegan hasta este lugar son sus artesanías, que son consideradas de las más lindas de Boyacá. Allí confeccionan bolsos, canastos, muñecos, carpetas, fruteros y toda una exquisita gama de tejidos en fique y paja, adornados con múltiples colores y diseños, muchos de los cuales constituyen productos tipo exportación. La técnica empleada en el trenzado y decorado, dicen los especialistas, es muy singular.
De acuerdo con el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr), en esta población es posible conocer la parroquia San Diego de Alcalá, ubicada a un costado de la plaza principal, y los lugares donde los artesanos exhiben sus productos más representativos a precios que se consideran asequibles.
De igual forma, este es un municipio con diversidad de atractivos naturales ideales para el ecoturismo y la aventura. Sus paisajes montañosos y la cercanía con el Parque Nacional Natural El Cocuy brindan oportunidades para que los viajeros realicen caminatas, avistamiento de flora y fauna, y disfrutar de la tranquilidad que ofrece este entorno.

Gracias a las condiciones climáticas, los campesinos se dedican a cultivos de papa, maíz, fique y trigo, actividades de ganadería e incluso minería, pues hay algunos yacimientos de carbón, así como canteras de arena y gravilla.
Un poco de historia
Esta población es, además, rica en historia. En 1777 este pueblo fue adherido a El Cocuy y un año después se erigió la parroquia denominada San Diego de Alcalá. Posteriormente, los habitantes, en su mayoría españoles, solicitaron adoptar el nombre que tiene actualmente.
La historia cuenta que los habitantes de este territorio participaron en el movimiento comunero de Socorro y San Gil, conocido como “El primer grito de libertad”, para luego dirigirse a Zipaquirá y unirse a las fuerzas libertadoras del general Juan Francisco Berbeo. De acuerdo con Situr, ese decoro por haber sido un pueblo que ayudó en la gesta patriota, lo sacan a relucir también cuando exhiben con orgullo el trabajo de sus artesanos.