Turismo
El municipio de Antioquia considerado como un santuario mágico de aves; está rodeado de maravillosos paisajes y aguas cristalinas
En este destino se congregan más de 300 especies de aves, que enamoran con su canto y colores a los visitantes.

Por su belleza natural, riqueza histórica y vibrante cultura, así como su diversidad, Antioquia se posiciona como uno de los destinos más atractivos para visitar en Colombia, ofreciendo a sus visitantes un mosaico de espectaculares paisajes conformados por ríos, quebradas, cascadas y senderos llenos de encanto.
A estas bondades se suman sus pueblos coloniales encantadores, famosos por su capacidad de brillar con su propia magia, haciendo de su entorno un espacio que enamora a través de sus calles, zonas rurales y una llamativa oferta turística que invita a los viajeros a sumergirse en una aventura cargada de sorpresas en medio de la naturaleza.
Uno de esos lugares, considerado como un santuario mágico de aves, es el municipio de San Rafael, ubicado en el oriente antioqueño, un destino ideal para aquellos que buscan una conexión profunda con la naturaleza y disfrutar de actividades al aire libre.
Su exuberante naturaleza y riqueza hídrica son parte de los factores que cautivan a los viajeros que se animan a explorarlo, pues también es conocido como ‘La ruta de los manantiales’, debido a su abundancia de ríos, charcos y cascadas de aguas cristalinas.

El municipio es perfecto para quienes buscan experiencias en la naturaleza y, lo mejor de todo, es que queda a tan solo 2 horas y 35 minutos de Medellín, emprendiendo un trayecto de aproximadamente 108 kilómetros.
A sus alrededores se pueden observar los sembrados de caña y ser testigos de su producción de piscicultura que tanto caracteriza a su población. Por eso, se dice que conocer el ‘Último Rincón del Oriente Antioqueño’ como es nombrado, es toda una experiencia de bienestar única, destaca el portal de turismo Antioquia es Mágica.
Avistamiento de aves en San Rafael, Antioquia
El clima cálido de San Rafael, con temperaturas que oscilan entre 18 y 23°C, junto con sus paisajes montañosos y verdes, lo convierten en un lugar perfecto para desconectarse y disfrutar de la tranquilidad que ofrece la naturaleza y con ésta las más de 300 especies de aves que allí se congregan.
Su estratégica posición, sumado a su diversa topografía y variedad de climas, han hecho posible que este municipio se convierta en un verdadero santuario de aves y una de las biotas más grandes y diversas del país.

Este refugio natural se encarga de proteger especies como el colibrí ‘El Niño’, promoviendo un turismo comunitario sostenible y educativo que invita a los viajeros a descubrir un tesoro único, que da cuenta de la importancia de los “pajaritos” en el mundo de una forma mucho más consciente y responsable.
Allí, la música favorita de sus pobladores es justamente el canto de las aves, por lo que los turistas que se animan a visitarlo se distinguen también por su pasión por la naturaleza, estas especies y la curiosidad que tienen por descubrir el papel que cumple cada una en el entorno, apreciando al mismo tiempo la variedad de sus colores que pinta de arcoíris el paisaje.