Turismo
Así es el pueblo de Cundinamarca, conocido como la ‘capital frutera’, una joya para el turismo ecológico cerca a Bogotá
Está ubicado a una hora y media de la capital del país.

El departamento de Cundinamarca, uno de los más poblados del país, está dividido en 15 provincias. Una de ellas es la del Tequendama a la que pertenece el municipio de Anolaima, ubicado a 71 kilómetros de Bogotá, una hora y media de distancia en automóvil.
Esta población es reconocida por su producción agrícola y su belleza natural, según señala la Gobernación de Cundinamarca.
Tiene una altitud promedio de 1.657 metros sobre el nivel del mar y cuenta con varios térmicos que van desde el cálido hasta el páramo. El municipio está bañaado por el río Bahamón, el río Curí y la quebrada Agualauta.
Historia
La Gobernación señala que los primeros habitantes de Anolaima fueron los Anolaymas, una tribu indígena de los panches. En 1538, los españoles, liderados por Gonzalo Jiménez de Quesada, llegaron a la región. El municipio fue oficialmente fundado en 1604 por el Alonso Vásquez de Cisneros.
En materia económica, las principales actividades son la agricultura y la ganadería. La población es reconocida por sus cultivos de café, plátano, mora, caña de azúcar, mango, guayaba y cítricos. Por ello, es llamada la capial frutera.
Atractivos
De acuerdo con la Gobernación, Anaolima tiene varios atractivos, ideales para el ecoturismo.
Uno de los principales es el Camino Real que conecta Zipacón con Anolaima. Este es un sendero de entre 7 y 9 kilómetros, rodeado de árboles nativos, muros de piedra, cultivos y fincas campesinas. “Utilizado originalmente por comunidades indígenas y más tarde por arrieros en época colonial, hoy es una ruta ideal para caminatas tranquilas, fotografía de paisaje y contacto directo con la historia viva del territorio”, destaca la entidad.

Las fincas agroturísticas son otro atractivo del municipio. En ellas los visitantes pueden cosechar guayaba, níspero, mango o mandarina, conocer procesos artesanales de transformación y degustar productos frescos elaborados por manos campesinas. “Todo esto en medio de un entorno amable, silencioso y perfecto para desconectarse del ruido citadino” agrega la entidad.
Anolaima también cuenta con una importante oferta de posadas rurales o tipo glamping ecológico y zonas de camping. Varios hospedajes ofrecen paquetes que “incluyen alimentos típicos, caminatas guiadas, fogatas y actividades de bienestar en espacios diseñados para el descanso”.
“El clima templado, con una temperatura promedio de 20 °C, hace que el municipio sea ideal para actividades al aire libre durante todo el día. Además, las vías de acceso están en buen estado, lo que permite planear una escapada sin complicaciones y regresar el mismo día o quedarse a disfrutar el fin de semana completo", remarca la Gobernación.