Turismo
A solo 4 horas de Bogotá, el nombre original de este pueblo significa “quebrada de monte”, donde es posible dormir en las alturas
Si busca desafiar los límites de la adrenalina, este destino es perfecto para planificar su próxima aventura.

Ubicado en el altiplano cundiboyacense de Colombia, el departamento de Boyacá cautiva a los viajeros con su riqueza histórica, cultural y natural. Explorar sus pintorescos pueblos significa vivir una experiencia única y transformadora que transporta a épocas coloniales en medio de paisajes impresionantes y tradiciones arraigadas.
Uno de esos pueblos que debería sumar a su lista de destinos por visitar en esta región del país es Santa Sofía, un municipio que se ha convertido en el epicentro del turismo de aventura en Colombia, a solo cuatro horas de Bogotá.
El poblado fue fundado el 10 de enero de 1819 con el nombre de Guatoque, que en lengua indígena significa “quebrada de monte”. Sin embargo, fue cambiado en 1906 por el presidente Rafael Reyes Prieto a Santa Sofía, en honor a su esposa Sofía Angulo y a la supuesta confusión que había entre Guateque y Guatoca, señala el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr).
Debido a la ubicación geográfica de sus tierras, este municipio de Boyacá posee pisos térmicos fríos, por lo que sus condiciones físicas y climáticas son perfectas para llevar a cabo actividades agrícolas y ganaderas.
Lo más leído

Moniquirá es el nombre de su río principal, el cual surte de agua al río Sutamarchán. Un dato importante para destacar de Santa Sofía es que se le conoce como la “capital nacional de la curuba”, fruto cultivado desde épocas precolombinas brindando grandes beneficios a los campesinos sofileños.
En sus tierras también se cultiva fresa, frambuesa, papa, maíz, arveja, frijol, yuca y batata, aspectos que dan cuenta de su importancia para la región y el país en general.
La experiencia de dormir suspendido en el aire
Aunque Santa Sofía cuenta con varios sitios de interés histórico, turístico y cultural para visitar, como el Paso del Ángel, un paraje rural situado sobre el río Moniquirá, o el Hoyo de La Romera, lugar donde, según la leyenda, se arrojaba a las mujeres infieles arrastrándolas de los cabellos, hoy en día es un destino conocido por brindar la experiencia de dormir suspendido en el aire.
Allí se han hecho tendencia las hamacas a 60 metros de altura, una novedad turística que cautiva a los viajeros a través de las redes sociales y que hace parte de un circuito de desafíos extremos diseñado para los amantes de la adrenalina que desean desafiar sus límites.
Estas “hamacas del cielo”, como se les denominan a las plataformas flotantes, permiten a los turistas disfrutar de un momento relajante mientas se acuestan “en el aire”, disfrutando espectaculares vistas panorámicas de la población.
Desde allí, es posible contemplar varios de sus atractivos y la exuberante naturaleza que rodea el lugar, ofreciendo una experiencia fuera de lo común cerca de la capital colombiana.
La oportunidad de dormir suspendido en el aire se puede vivir en el parque de aventura Paso del Ángel, ubicado al borde de una montaña de tan solo 35 centímetros de ancho, rodeado por un cañón de 60 metros con una quebrada y otro de 200 metros con un río.

En este lugar, los visitantes del pueblo también pueden disfrutar de otros desafíos de naturaleza extrema que ponen a prueba su valentía y resistencia, como las “bicicletas por las nubes”, un recorrido en bicicleta a 300 metros de altura sobre el cañón.
Con este tipo de experiencias, la población ofrece una combinación única entre la emoción del deporte extremo con la majestuosidad de su entorno natural, haciendo de Santa Sofía un destino perfecto para una escapada de fin de semana o unas vacaciones.