Ciencia

Nasa descubre nuevas pistas de un fenómeno único en la superficie de la Luna; abre muestra sellada tras 50 años

Este enfoque no destructivo les permitió a los científicos observar la estructura interna de los núcleos antes de cualquier disección física.

27 de agosto de 2025, 9:10 p. m.
La tripulación del Apolo 17 recolectó más de 110 kilogramos de material lunar durante su histórica misión en 1972.
La tripulación del Apolo 17 recolectó más de 110 kilogramos de material lunar durante su histórica misión en 1972. | Foto: DW

Cinco décadas después de permanecer selladas, una muestra intacta de la misión Apolo 17 de 1972 finalmente ha sido abierta, revelando detalles sin precedentes sobre uno de los fenómenos más extraños de la superficie lunar: el Manto Ligero, una brillante franja de material que se extiende cinco kilómetros sobre su superficie.

Esta franja, situada al pie del macizo sur, en el valle de Taurus-Littrow, ha desconcertado a la comunidad científica durante años, ya que es el único lugar conocido en la Luna —sin agua ni atmósfera— donde se ha producido un deslizamiento de tierra.

Ahora, gracias a las tecnologías modernas y a un enfoque colaborativo, los investigadores están un paso más cerca de comprender cómo y por qué sucedió.

“He estado estudiando los deslizamientos de tierra de largo recorrido en la Tierra y Marte, pero el Manto Ligero es el único que conocemos en la Luna. No sabemos cómo se formaron estos deslizamientos de largo recorrido ni qué les permitió desplazarse varios kilómetros”, explica Giulia Magnarini, del Museo de Historia Natural de Londres, quien lidera esta investigación.

El equipo de ANGSA examinó material lunar intacto que permaneció sellado desde 1972.
El equipo de ANGSA examinó material lunar intacto que permaneció sellado desde 1972. | Foto: DW

Los hallazgos completos han sido publicados en Journal of Geophysical Research: Planets.

Cuando la tripulación del Apolo 17 —que incluía al primer científico en pisar la Luna, el geólogo Harrison Schmitt— regresó a la Tierra, trajo consigo 110,5 kilogramos de roca lunar. Sabiamente, la Nasa reservó una parte significativa de estas muestras para estudios futuros.

“Esta investigación es una forma de continuar el legado de las misiones Apolo más de 50 años después, tendiendo un puente hacia el programa Artemis previsto”, explica Magnarini.

La apertura de esta muestra forma parte del programa ANGSA (Apollo Next Generation Sample Analysis), una iniciativa de la NASA para extraer el máximo valor científico de las muestras lunares de Apolo.

Tecnología avanzada revela secretos del Manto Ligero lunar

Las muestras selladas han sido analizadas utilizando escáneres micro-CT de nivel médico, una tecnología que no existía cuando se trajeron las rocas a la Tierra. Este enfoque no destructivo permitió a los científicos observar la estructura interna de los núcleos antes de cualquier disección física.

La Nasa tuvo una gran visión de futuro durante las misiones Apolo al guardar algunas muestras. Se almacenaron para poder estudiarlas utilizando tecnología más avanzada y nuevos enfoques científicos que ni siquiera se habían concebido en aquel momento”, destacó Magnarini, según un comunicado de prensa del Museo de Historia Natural de Londres.

El análisis se centró en los clastos, fragmentos de roca desprendidos de la ladera del macizo. Según explicó Magnarini, estas rocas no solo fueron arrastradas cuesta abajo, sino que se fracturaron en el proceso, liberando partículas finas que recubrieron los fragmentos y permitieron que el deslizamiento fluyera como un fluido.

La imagen muestra el valle Taurus-Littrow con el Manto Ligero (una franja brillante de 5 km) y el punto exacto donde la misión Apolo 17 extrajo en 1972 las muestras que, cinco décadas después, revelan los secretos del único deslizamiento de tierra conocido en la Luna.
La imagen muestra el valle Taurus-Littrow con el Manto Ligero (una franja brillante de 5 km) y el punto exacto donde la misión Apolo 17 extrajo en 1972 las muestras que, cinco décadas después, revelan los secretos del único deslizamiento de tierra conocido en la Luna. | Foto: DW

Esta textura —conocida como flujo granular, como indica el estudio— es clave para entender cómo los escombros pudieron desplazarse varios kilómetros sin la ayuda de agua ni atmósfera, algo que ha desconcertado a los científicos durante décadas.

¿Qué provocó este deslizamiento lunar?

Aunque aún no hay una respuesta definitiva, los investigadores barajan dos hipótesis principales. La primera señala al cráter Tycho, uno de los más jóvenes y prominentes de la Luna, como el detonante.

Según Space.com, el impacto que lo formó hace unos 108 millones de años habría arrojado enormes cantidades de escombros al espacio, algunos de los cuales podrían haber viajado la mitad del planeta lunar hasta chocar contra el Macizo Sur, desencadenando el derrumbe.

La segunda hipótesis apunta a un posible terremoto lunar, causado por la actividad sísmica en la falla Lee-Lincoln, que atraviesa la región.

Aunque el análisis actual no permite confirmar cuál fue el origen, las nuevas texturas encontradas en el núcleo sí ayudan a reconstruir lo que ocurrió después: una avalancha seca, potente y duradera, que dejó una huella visible hasta hoy.

Programa Artemis: aplicaciones para la futura exploración lunar

Esta investigación no es solo un ejercicio académico. “Estas muestras tratan sobre cómo preservar, almacenar y abrir el material lunar sin dañar su contenido. Esto ya se está incorporando a los planes científicos de Artemis y está ayudando a desarrollar nuevos instrumentos”, explicó Magnarini.

Comprender cómo se comporta el regolito lunar bajo tensión es crucial para construir instalaciones seguras en la Luna.

El programa Artemis necesita datos sobre cómo el suelo lunar se compacta, fluye y soporta cargas bajo baja gravedad para diseñar rutas, plataformas y refugios seguros cerca de terrenos accidentados.

*Con información de DW.

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