Ciencia

La Nasa confirmó que el planeta enano de la diosa romana ‘Ceres’ pudo haber tenido vida

“El planeta enano Ceres es el objeto más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter”, señala la Nasa.

23 de agosto de 2025, 1:03 a. m.
Un estudio confirmó que Ceres, entre Marte y Júpiter, contó con elementos aptos para microorganismos.
La NASA reveló que Ceres, planeta enano nombrado por la diosa romana, pudo haber tenido condiciones para la vida. | Foto: NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA

Investigadores de la NASA confirmaron que Ceres, un planeta enano ubicado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, pudo haber tenido las condiciones necesarias para albergar vida hace millones de años. El hallazgo fue publicado este miércoles (20.08.2025) en la revista Science Advances.

Aunque hoy se presenta como un mundo helado y carente de esperanzas biológicas, los científicos señalan que en su historia temprana contó con fuentes de energía interna y moléculas clave que habrían favorecido el desarrollo de metabolismos microbianos.

En la mitología romana, Ceres era la diosa de la agricultura, las cosechas y la fertilidad de la tierra. Su nombre fue dado al planeta enano descubierto en 1801, en alusión a la importancia simbólica de la abundancia y la vida que representaba en la antigüedad.

En la mitología romana, Ceres simbolizaba la fertilidad; de ella tomó nombre el planeta enano hallado en 1801.
Ceres, diosa romana de las cosechas, inspiró el nombre del planeta enano identificado en 1801. | Foto: Getty Images

La misión Dawn y los primeros indicios

Con un diámetro de 940 kilómetros, Ceres es el mayor objeto del cinturón de asteroides. La misión Dawn de la NASA, que concluyó en 2018, reveló que las zonas brillantes en su superficie estaban formadas por sales procedentes de líquidos subterráneos.

En 2020, un análisis posterior identificó que ese material correspondía a salmueras, y se detectaron además moléculas de carbono, fundamentales para la vida aunque insuficientes por sí mismas.

Energía química, la clave de la habitabilidad

El nuevo estudio aporta un factor decisivo: la presencia de energía química duradera que pudo sostener formas de vida microbiana.

“La habitabilidad podría ser una consecuencia natural de reunir los ingredientes adecuados, que parecen ser comunes en el sistema solar”, afirmó a New Scientist Sam Courville, autor principal e investigador de la Universidad Estatal de Arizona.

Un océano caliente bajo la superficie

De acuerdo con los modelos térmicos y químicos elaborados por los científicos, hace unos 2.500 millones de años Ceres albergaba un océano subsuperficial con agua caliente y gases procedentes de su núcleo rocoso.

La imagen retrata cómo el núcleo rocoso de Ceres libera agua y gases hacia un depósito de salmuera.
La representación muestra el paso de agua y gases desde el interior rocoso de Ceres hacia un reservorio subterráneo. | Foto: NASA/JPL-Caltech

“En la Tierra, cuando el agua caliente del subsuelo se mezcla con el océano, el resultado suele ser un bufé para los microbios. Por eso podría tener grandes implicaciones si pudiéramos determinar si el océano de Ceres tuvo una afluencia de fluido hidrotermal en el pasado”, explicó Courville en un comunicado de la NASA.

De mundo habitable a esfera congelada

Actualmente, Ceres es un planeta enano frío, dominado por el hielo y con poca agua líquida en forma de salmuera. Su núcleo ya no mantiene el calor suficiente para impedir la congelación, lo que limita sus posibilidades de albergar vida en la actualidad.

Los autores del estudio estiman que el periodo más favorable para la habitabilidad se dio entre 500 y 2.000 millones de años después de su formación, cuando el núcleo alcanzó su mayor temperatura.

Lo que significa para otros cuerpos celestes

A diferencia de lunas como Encélado o Europa, que reciben calor por las fuerzas gravitacionales de sus planetas, Ceres carece de ese mecanismo. Sin embargo, su evolución ofrece una pista sobre otros mundos helados que podrían haber sido habitables en el pasado.

“Si Ceres fue habitable en el pasado, probablemente haya decenas de asteroides y lunas que también lo fueron. Y si se pueden mantener calientes, tal vez (sigan siendo) habitables hoy en día”, concluyó el coautor Joe O’Rourke, en declaraciones recogidas por el medio científico.

*Con información de DW.

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