Ciencia

Estudio científico revela nuevas pistas sobre la formación de estrellas en el universo; esto observó el telescopio James Webb

La combinación de datos de ambos telescopios ha permitido a los astrónomos entender mejor la relación entre las estructuras de nubes moleculares.

16 de enero de 2025, 3:40 p. m.
Hace entre 6.000 y 7.000 millones de años, los supercúmulos estelares eran comunes.
Hace entre 6.000 y 7.000 millones de años, los supercúmulos estelares eran comunes. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Las observaciones realizadas con los telescopios James Webb y ALMA de la Gran Nube de Magallanes han revelado cúmulos ocultos de estrellas jóvenes, lo que ilustra cómo nacieron algunas de las primeras estrellas del universo.

Hace entre 6.000 y 7.000 millones de años, los supercúmulos estelares eran la principal forma de formación de estrellas, produciendo cientos de nuevas estrellas cada año. Sin embargo, este tipo de formación estelar ha ido en declive, y los supercúmulos estelares son ahora extremadamente raros en el universo local.

Actualmente, solo se conocen dos supercúmulos estelares en la Vía Láctea y uno en la Gran Nube de Magallanes, todos con millones de años de antigüedad. No obstante, las observaciones del telescopio han proporcionado una prueba concluyente de la existencia de un segundo supercúmulo estelar en la Gran Nube de Magallanes, en la región N79, el cual tiene tan solo 100.000 años de antigüedad. Este descubrimiento permite a los astrónomos presenciar el nacimiento de un supercúmulo estelar en nuestra galaxia vecina.

El telescopio espacial James Webb es un observatorio espacial de última generación.
El telescopio espacial James Webb es un observatorio espacial de última generación. | Foto: Getty Images/iStockphoto

La Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de la Vía Láctea, se encuentra a casi 160.000 años luz de la Tierra. Gracias a su proximidad relativa y su orientación frontal hacia nuestro planeta, esta galaxia se ha convertido en un laboratorio ideal para estudiar la formación estelar extragaláctica. El instrumento de infrarrojo medio del telescopio James Webb (MIRI) observó 97 objetos estelares jóvenes (YSO, por sus siglas en inglés) en la región N79 de la Gran Nube de Magallanes, donde se encuentra el recién descubierto cúmulo estelar H72.97-69.39.

La abundancia de elementos pesados en la Gran Nube de Magallanes es aproximadamente la mitad de la que existe en el sistema solar, lo que crea condiciones de formación estelar similares a las de hace 6.000-7.000 millones de años. Esto brinda a los astrónomos una visión de cómo pudo haberse dado la formación estelar en los primeros días del universo.

Las imágenes obtenidas por el MIRI muestran que los YSO más masivos se agrupan cerca de H72.97-69.39, mientras que los YSO menos masivos se distribuyen hacia las afueras de N79, un fenómeno conocido como segregación de masas. Lo que antes se creía que era una única estrella joven masiva, ha resultado ser un cúmulo de cinco estrellas jóvenes, revelado gracias a las imágenes precisas James Webb. Una de estas cinco estrellas jóvenes es más de 500.000 veces más luminosa que el Sol, rodeada de más de 1.550 estrellas jóvenes, según lo observado por la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam).

El James Webb ha descubierto un segundo supercúmulo estelar en la región N79 de la LMC.
El James Webb ha descubierto un segundo supercúmulo estelar en la región N79 de la LMC. | Foto: Getty Images

El ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) ha hecho importantes contribuciones al estudio de los YSO en la Gran Nube de Magallanes, particularmente en la región N79. Las observaciones previas de ALMA en esta región revelaron dos filamentos de polvo y gas, de un parsec de longitud, que colisionan entre sí. En el punto de colisión se encuentra el cúmulo de superestrellas H72.97-69.39, que alberga la protoestrella más luminosa identificada por el James Webb. Se especula que los filamentos de gas molecular en colisión podrían actuar como el catalizador necesario para la creación de un cúmulo de superestrellas, y las observaciones de ALMA ofrecen un contexto crucial para comprender el entorno a gran escala en el que se están formando estos YSO.

Esta investigación de múltiples longitudes de onda, que combina los datos del James Webb y ALMA, ha permitido a los astrónomos estudiar la relación entre las estructuras de nubes moleculares a gran escala y el nacimiento de protoestrellas y cúmulos estelares, según se informa en un comunicado del NRAO (National Radio Astronomy Observatory).

*Con información de Europa Press