Ciencia
Calisto, la luna considerada la más bella del universo según la IA, por fin dejó ver una huella a la Nasa
Calisto, la luna más bella según la IA, mostró por primera vez su huella en la atmósfera de Júpiter.


La inteligencia artificial ha señalado como una de las joyas más hermosas del universo a la luna Calisto; la razón, su superficie oscura salpicada de reflejos azulados y blancos, fruto del hielo y de los minerales que la cubren.
Esta singular mezcla convierte a Calisto, una de las grandes lunas de Júpiter, en un espectáculo visual, sin embargo, lo curioso es que anteriormente esta luna no había dejado “huellas de satélite”, algo que la Nasa logró capturar recientemente.
El hallazgo que completa el rompecabezas galileano
Ahora, la Nasa confirmó recientemente que esta luna, considerada la más distante entre las llamadas lunas galileanas, logró finalmente dejar su huella en la atmósfera de Júpiter. Hasta ahora, se sabía que las lunas Ío, Europa y Ganímedes producían señales aurorales propias en el planeta gigante, pero Calisto se resistía a mostrar la suya.
Este fenómeno se conoce como “huella de satélite” y ocurre cuando el campo magnético de Júpiter interactúa con sus lunas y deja marcas luminosas en forma de auroras cerca de los polos del planeta. Sin embargo, el brillo tenue de Calisto y su ubicación sobre la zona principal de las auroras dificultaban que los telescopios pudieran capturarla.

Lo que se necesitaba para poder captar una huella de Calisto, la Nasa señala que “para fotografiar la huella de Calisto, el óvalo auroral principal debe desplazarse mientras se captura la región polar”.
La misión Juno, que orbita Júpiter desde 2016, fue la clave para el hallazgo, donde se pudo aprovechar el desplazamiento en el óvalo auroral y el cruce de la nave por la línea del campo magnético que conecta a la luna con el planeta, los instrumentos lograron identificar la señal que confirmaba lo que la comunidad científica llevaba años esperando.
Una familia completa de huellas en el cielo joviano
El momento decisivo llegó en septiembre de 2019, cuando una intensa corriente solar golpeó la magnetosfera de Júpiter y movió las auroras hacia regiones más bajas del planeta. Ese cambio permitió revelar la tenue, pero inconfundible marca de Calisto.
Luna de Júpiter: Calisto
— Academia ROLscience (@ROLscience) December 5, 2018
La superficie de Calisto es un gran campo de hielo, lleno de grietas y cráteres de miles de millones de años de colisiones con escombros interplanetarios. pic.twitter.com/194dIsQPyB
Con este registro, ya se sabe que las cuatro lunas galileanas dejan rastros luminosos en la atmósfera de Júpiter, completando el retrato de este fenómeno único en el sistema solar. De este modo, Calisto deja de ser la excepción y pasa a formar parte de un conjunto de satélites que, además de su belleza, revelan cómo interactúan con la fuerza invisible del gigante gaseoso.