Política
Otro incumplimiento de Petro: este 25 de mayo se vence el tiempo que prometió para “acabar la guerra de décadas con el ELN”
La paz total fracasó y el tiempo revela que Gustavo Petro no podrá cumplir las metas trazadas. La comunidad internacional fue testigo de un compromiso que hizo el mandatario con los colombianos.

“El 25 de mayo o en mayo de 2025 cesa definitivamente la guerra de décadas entre el ELN y el Estado”, dijo el presidente Gustavo Petro en el Palacio de las Convenciones, de La Habana, Cuba, el 9 de junio de 2023.
El país y la comunidad internacional escucharon las palabras de Petro que confirmaron su promesa cuando estrechó la mano de Antonio García, comandante del ELN, y el aplauso emocionado del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, como testigo. En ese momento, el Estado colombiano y el grupo criminal sellaron un cese al fuego bilateral que se presentó al mundo como un gran avance entre las partes, pero que, a la postre, resultó ser un fracaso y un mecanismo de expansión y recuperación militar para ese grupo delincuencial.
Esa promesa, calificada por el Pacto Histórico como un hecho inédito para el Gobierno Petro, estuvo acompañada por otra declaración del mandatario, que, por ahora, tampoco se ha concretado: “La prioridad será lograr la protección de la población civil en las áreas de conflicto. Los derechos humanos y el derecho internacional humanitario guían este acuerdo”.

Durante el cese al fuego bilateral, según documentos que llegaron a la mesa de diálogo, el ELN incumplió el mecanismo y siguió delinquiendo.
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En aquel momento, los más escépticos recordaron las palabras de Juan Manuel Santos ante la ONU el 22 de septiembre de 2016, cuando dijo: “Hoy regreso a las Naciones Unidas, en el Día Internacional de la Paz, para anunciar con toda la fuerza de mi voz y de mi corazón que la guerra en Colombia ha terminado”. En ese momento, Santos creyó que la firma de un papel llamado acuerdo de paz acabaría con el conflicto en el país. Nueve años después de aquellas declaraciones, está demostrado que la guerra sigue, y más durante el Gobierno Petro.
Santos y Petro, quienes tienen tanta cercanía y coincidencia política, se equivocaron en sus declaraciones, aunque lograron su objetivo: mantener viva la llama de la paz y alimentar un discurso contra la “guerra”, que genera, sin duda, réditos políticos.
En el caso del mandatario, ya había un antecedente que hacía poner en duda su promesa, pues en plena campaña electoral, a la entonces directora de SEMANA, Vicky Dávila, cuando le preguntó si pediría en extradición a la cúpula del ELN en Cuba, le dijo: “Yo lo que te diría es lo contrario; a los tres meses se acaba el ELN, porque se firma la paz”.
Petro llegó a la Casa de Nariño el 7 de agosto de 2022 e incumplió su promesa de campaña porque evidentemente no firmó la paz. Lo que sí ocurrió tres meses después fue la instalación de la mesa de diálogo con esa guerrilla en Caracas, Venezuela.
Desde ese entonces hasta la firma del cese bilateral del fuego, cuando Petro prometió acabar la guerra con el ELN, lo único que se vio fue un fortalecimiento del grupo criminal y la imposición de condiciones para avanzar en una negociación, que ya se enfrió, no tendrá resultado alguno en la administración de Petro y fue el primer fracaso de la denominada paz total.

Incluso, Petro fue desmentido por el ELN. La guerrilla dijo en una declaración que el proceso de paz no culminaría en mayo de 2025 y que consideraron las palabras del mandatario como un tema político para conseguir más respaldo a su mandato.
Lo que está claro, además del nuevo incumplimiento de Petro, es que la paz fue uno de los asuntos que se le salió de las manos al Gobierno nacional y no supo poner reglas claras para la negociación. Únicamente brindaron beneficios a los criminales con la esperanza de que entregarían las armas y darían el salto a la reincorporación.
Esta nueva promesa incumplida de Petro demuestra que, por lo menos en materia de paz, el mandatario le incumplió al “pueblo” que votó por él y que depositó la confianza en un Gobierno que tuvo como postulado el silencio de los fusiles y la implementación del acuerdo de paz. Los propios firmantes de dicho documento dicen que poco o nada se ha hecho para proteger y avanzar a quienes dieron el tránsito a la legalidad a través de un acuerdo con el Estado colombiano.