Nación
Néstor Humberto Martínez estalla contra Sergio Jaramillo: “Su legado, la ‘narcopaz’, es el principal factor de violencia”
“Su señalamiento contra mí por haber actuado como me lo ordenaba la ley, no solo es una irresponsable afirmación (...), sino que es un claro subterfugio para eludir su responsabilidad frente a su legado”, le dice el exfiscal.

En la última edición de SEMANA, el excomisionado de Paz Sergio Jaramillo dio una dura entrevista en la cual analizó el caótico orden público en el país y el rol de los grupos armados en el atentado contra Miguel Uribe Turbay.
Jaramillo, quien fue uno de los arquitectos del Acuerdo de Paz con las Farc en el gobierno de Juan Manuel Santos, habló de la Segunda Marquetalia, el grupo que muy probablemente cometió el magnicidio. El alto comisionado narró datos que no se conocían.

Por ejemplo, dijo: “Incluso cuando ya eran públicas las negociaciones en 2013, tuvimos información de inteligencia en el sentido de que un sector de las Farc seguía pensando en un atentado contra el presidente (Juan Manuel Santos) y contra Álvaro Uribe. Timochenko y otros los derrotaron. Además, lo que pasó corresponde a la manera como operaba la vieja columna Teófilo Forero de las Farc. Recuerde el asesinato de la hermana del presidente César Gaviria, Liliana Gaviria, en 2006. Pero el ELN no se puede descartar de plano, son muy traicioneros”.
Cuando le preguntaron por qué ese sector de la Segunda Marquetalia se salió del proceso, Jaramillo solo atinó a decir: “Esa pregunta hágasela a Néstor Humberto Martínez. Si eso no hubiera pasado, nada de esto hubiera ocurrido”.
En una carta compartida con SEMANA, el exfiscal le respondió al exfuncionario. Este es el texto completo:
“Señor
SERGIO JARAMILLO
Excomisionado de Paz
Bruselas.
Me refiero a su entrevista del pasado sábado 16 de agosto a la Revista SEMANA, en la que, al ser consultado sobre el surgimiento de la Segunda Marquetalia, afirma que si no hubiera sido por la Fiscalía de la época, ‘nada de esto hubiera ocurrido’. La verdad es muy distinta.
Otra sería la historia si usted hubiera cumplido con sus altísimas responsabilidades y no hubiera actuado con total indiferencia frente a la mezcla de la paz con el narcotráfico, durante el posconflicto. A escasos dos meses de la firma del Acuerdo de Paz, en febrero de 2017, se frustró la operación Valquiria, dirigida a capturar con fines de extradición a alias Tito, sindicado de ser jefe del narcotráfico en el Pacífico y socio del Cartel de Sinaloa, porque el delincuente evadió el cerco de la policía y se insertó en la zona veredal de las Farc ubicada en Tumaco, utilizada como refugio de impunidad. De ello le informé a usted mediante oficio 02442 del 2017, junto con ocho irregularidades adicionales, a fin de que se adoptaran inmediatos correctivos, sin que conociera gestión alguna de su parte.

Posteriormente, el 15 de agosto de 2017 (oficio 02961) manifesté a su Oficina mi preocupación por la existencia de colados del narcotráfico en las listas de desmovilizados de las Farc, competencia de su Despacho que era de su responsabilidad exclusiva. Aunque no trascendió al público, no habrá olvidado que este episodio causó una profunda crisis en las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Ante el cúmulo de evidencias recaudadas crecientemente por la Fuerza Pública y la Fiscalía, sobre el involucramiento de un sector de los desmovilizados en actividades de narcotráfico, después del Acuerdo del Teatro Colón, el 19 de octubre de 2017 entregué al presidente Santos una comunicación en la que le relacionaba los más graves casos judicializados hasta ese momento y solicitaba la convocatoria de un Consejo de Seguridad Nacional.
El presidente me manifestó que lo encargaría a usted directamente, para enfrentar este asunto con los excomandantes de las Farc. No conocí resultado alguno de su encargo, hasta que en abril de 2018 recibí el indictment de la justicia de Estados Unidos contra Jesús Santrich, por un negocio de diez mil kilos de cocaína, que obligaba a su captura por la existencia de una circular roja de Interpol.
Tengo la certeza de que nunca habría habido lugar a esta medida, si usted hubiera intervenido oportunamente y con firmeza frente a las Farc. Habrían quedado advertidas que las autoridades no estábamos dispuestas a encubrir sus negocios ilícitos.
Su señalamiento contra mí por haber actuado como me lo ordenaba la ley, no solo es una irresponsable afirmación que compromete gravemente mi seguridad, sino que es un claro subterfugio para eludir su responsabilidad frente a su legado, la ‘narcopaz’, que es hoy el principal factor de violencia que experimenta Colombia. Copia de las comunicaciones a las que aquí aludo entregaré formalmente al Archivo General de la Nación, para que hagan parte de la historia del proceso de paz que usted orientó“.