Nación

El sicario que disparó contra Miguel Uribe Turbay confesó que lo “dejaron solo” en el hecho y que lo iban a matar

Al menor de 15 años le prometieron 20 millones de pesos, los cuales le entregarían después de cometer el crimen.

14 de junio de 2025, 7:25 p. m.
Pago sicario Miguel Uribe
Cuando contactaron al joven sicario no le dijeron a quién le debía disparar. Dice que aceptó porque consideraba que le habían ofrecido un 'montón' de dinero. | Foto: SEMANA

Tras disparar contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay y proceder con el plan de huida, el menor de edad que cometió el execrable delito supo que no le iban a pagar por su ‘servicio’ e incluso que probablemente no saldría vivo de la escena del crimen.

Pese a que fue justamente la promesa de entregarle 20 millones de pesos, lo que lo motivó a aceptar el mortal encargo, el menor asegura no haber recibido ni un peso.

El menor contó que la persona que lo buscó para el atentado fue “el patrón del barrio, el jefe de la olla”. Dijo que es un grupo peligroso y pidió protección para su abuela.
El menor contó que la persona que lo buscó para el atentado fue “el patrón del barrio, el jefe de la olla”. Dijo que es un grupo peligroso y pidió protección para su abuela. | Foto: Captura de video

En las declaraciones que les dio a las autoridades, desde que fue capturado y ahora protegido como testigo, el sicario aseguró que aceptó esa cantidad porque para él es mucho dinero. El acuerdo al que llegó era que le pagarían luego de cometer el crimen.

Fue consciente de que el macabro plan no saldría como estaba planeado desde el momento mismo en que empezó a huir por la ruta de escape trazada. Aunque salió corriendo y la adrenalina del momento le impidió darse cuentan de que le habían disparado en una pierna, al caer al piso y recibir golpes, aceptó su realidad y empezó a ofrecer su colaboración para dar datos sobre los autores intelectuales del intento de asesinato.

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Edición 2240 de la revista SEMANA. | Foto: Semana

En medio del fragor del momento, los gritos y la furia colectiva, el menor de edad comenzó a gritar: “Yo les voy a dar los números. Déjenme levantar y déjenme darles los números. Si no me sueltan, necesito darles los números”.

El joven sicario aseguró que no sabía a quién le debía disparar. Contó que fue contactado por el jefe de una olla de su barrio, a la que frecuentaba como consumidor. Este le dijo que lo necesitaba para hacerle la “vuelta” a alguien y le ofreció los 20 millones de pesos.

El jefe de la olla no le dio más información, solo le advirtió que estuviera listo para recibir las indicaciones, con la hora, el arma y el sitio para cometer el crimen.

Llegó el día y lo contactaron, le dieron indicaciones específicas para ubicarse en un lugar hasta donde llegó una moto a recogerlo. La moto fue contratada por una aplicación de transporte, cuyo servicio, incluso, ya estaba pagado. El joven asegura que no conocía al conductor que lo dejó en Modelia, occidente de Bogotá.

El joven llegó en moto al barrio. Tenía un celular desde el cual pidió que le consignaran 3.500 pesos a Nequi. Según los investigadores, se compró un helado.
El joven llegó en moto al barrio. Tenía un celular desde el cual pidió que le consignaran 3.500 pesos a Nequi. Según los investigadores, se compró un helado. | Foto: Suministrado a Semana API

Llegó por lo menos cuatro horas antes de la cita que tenía Miguel Uribe Turbay con la comunidad del barrio Modelia. Mientras esperaba, el menor caminó por la zona y se comió un helado. Sus cómplices monitoreaban la zona y la llegada del precandidato para entrar en acción.

Según su versión, el menor llegó a la zona con una cachucha naranja y una chaqueta. Ingresó a un vehículo que estaba parqueado casi en el mismo lugar donde, más tarde, sería sometido, a unas cuatro cuadras del sitio de los hechos.

En el carro le dieron las instrucciones, le explicaron cómo debía hacer la ‘vuelta’, le entregaron la Glock 9 mm, le suministraron el nombre de su objetivo y en dónde debía cometer el crimen. El recorrido que tomó hacia el lugar, según explicó, fue el mismo para huir.

Los ocupantes del carro, alias el Costeño, su novia y el conductor, le dijeron que una moto supuestamente lo iba a esperar para la huida. Luego de cometer el crimen y salir corriendo, el menor tuvo la certeza de que lo habían dejado tirado para que lo mataran. No obstante, en su versión contó que, al salir a la avenida, donde finalmente fue inmovilizado, alcanzó a ver la moto que tenía como misión sacarlo del lugar.

Al sentirse perdido, empezó a contar su versión de los hechos, insistiendo en que no le pagaron. El menor, incluso, reconoció que se salvó de milagro y repitió, luego de un silencio, haciendo referencia al pago: “Tal vez no, a mí me iban a matar y me dejaron solo”.