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Wall Street terminó una semana volátil ante la expectativa de la reunión comercial entre EE. UU. y China
Las bolsas estadounidenses cerraron mixtas al final de una semana inusualmente tranquila.

Los mercados bursátiles de Estados Unidos cerraron la semana con estabilidad, luego de fluctuar entre leves avances y retrocesos, mientras los inversionistas analizaban las declaraciones del presidente Donald Trump respecto a los aranceles impuestos a China, antes de las negociaciones comerciales previstas entre ambas naciones.
De acuerdo con cifras preliminares, el índice S&P 500 retrocedió 4,62 puntos, equivalente a un 0,08 %, ubicándose en 5.659,32 unidades; el Nasdaq Composite descendió 2,38 puntos, o un 0,01 %, hasta los 17.925,76 puntos; mientras que el Promedio Industrial Dow Jones disminuyó 129,89 puntos, lo que representa una baja del 0,31 %, cerrando en 41.238,56 unidades.
Los movimientos moderados brindaron una pausa tras varias semanas de volatilidad en las acciones, impulsada por los temores en torno a la guerra comercial promovida por el presidente Donald Trump, seguidos por expectativas de que suavizara parte de sus aranceles.
Los rendimientos del Tesoro, junto con otros mercados financieros, también permanecieron en niveles estables en vísperas de la esperada reunión entre China y Estados Unidos para tratar temas comerciales.
“Si alguna vez hubo un viernes para esperar y observar, es este”, afirmó Art Hogan, de B. Riley Wealth Management. “Todo gira en torno a cómo percibimos el desarrollo de la guerra comercial”.

En cuanto a compañías específicas, las acciones de Lyft se dispararon más de un 28 % tras anunciar un nuevo plan de recompra de acciones por 750 millones de dólares, luego de presentar resultados financieros mixtos.
Sin embargo, las acciones de Expedia retrocedieron un 7,3 % después de advertir sobre una demanda de viajes en Estados Unidos “más débil de lo previsto”, lo que intensificó las inquietudes en torno al futuro de la empresa.
Los precios del petróleo repuntaron tras el anuncio de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido, considerado como una posible señal inicial de distensión en la política arancelaria del presidente Donald Trump.
El barril de crudo brent del mar del Norte con entrega en julio registró un alza del 1,70 %, alcanzando los 63,91 dólares.
El barril de West Texas Intermediate, su contraparte estadounidense con entrega en junio, subió un 1,85 %, ubicándose en 61,02 dólares.
El presidente Trump anunció un acuerdo que contempla una reducción de los aranceles sobre autos de lujo y la eliminación total del 25 % aplicado al acero y aluminio procedentes del Reino Unido, aunque se mantendrá un arancel base del 10 % sobre otros productos británicos.
Como parte del pacto, el Reino Unido se compromete a abrir sus mercados a la carne vacuna y otros productos agrícolas provenientes de Estados Unidos.

Después de semanas de tensiones crecientes entre Washington y Beijing, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, y el representante comercial, Jamieson Greer, se reunirán este fin de semana en Ginebra con el viceprimer ministro chino, He Lifeng.
“¡Un 80 % de aranceles a China suena justo! Todo depende de Scott B.”, publicó Trump en su red social Truth Social, haciendo alusión a quien liderará las negociaciones por parte de Estados Unidos.
China y Estados Unidos, como los mayores consumidores de petróleo a nivel global, ejercen una influencia significativa en la demanda y los precios del crudo, ya que su desempeño económico impacta directamente en estos mercados.
El reciente aumento en los precios del petróleo también se relaciona con el hecho de que “el Tesoro estadounidense ha sancionado a una tercera refinería china”, según apuntaron analistas de DNB.
El Departamento del Tesoro de EE. UU. informó que Washington impuso sanciones a la empresa Hebei Xinhai Chemical Group Co. y a tres operadores de terminales portuarias en la provincia de Shandong, debido a su implicación en la compra o facilitación del envío de cientos de millones de dólares en petróleo iraní, como parte de la estrategia de “máxima presión” del Gobierno estadounidense sobre las exportaciones petroleras de Irán.
*Con información de la AFP.