Saqueo en tienda Adidas: Protestas contra las redadas del ICE desatan el caos en Los Ángeles

Las calles de Los Ángeles han sido escenario de intensas protestas tras las recientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que han generado indignación entre la comunidad migrante y activistas. Lo que comenzó como una manifestación pacífica en rechazo a los operativos migratorios terminó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y el saqueo de varios negocios, incluyendo una tienda Adidas en el centro de la ciudad.

Las protestas iniciaron el viernes 6 de junio y se han extendido durante varios días, con miles de personas exigiendo el cese de las redadas y la liberación de los detenidos. Según reportes oficiales, al menos 57 personas han sido arrestadas en el transcurso de las movilizaciones.

La tensión aumentó cuando el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en el edificio federal de inmigración. Esta decisión ha sido duramente criticada por líderes locales, quienes consideran que la presencia militar solo ha empeorado el conflicto.

El saqueo de la tienda Adidas ocurrió en medio del caos, cuando un grupo de manifestantes irrumpió en el establecimiento y robo mercancía mientras otros registraban el momento en redes sociales. Videos compartidos en plataformas como X muestran a personas saliendo del local con bolsas llenas de productos, mientras la policía intentaba contener la situación.

Este incidente ha generado un debate sobre los límites de la protesta y la responsabilidad de los organizadores para evitar actos de violencia.

Las redadas del ICE han sido objeto de controversia en los últimos años, con defensores de los derechos humanos denunciando procedimientos agresivos y la separación de familias. En esta ocasión, los operativos se han centrado en zonas con alta población migrante, incluyendo el centro de Los Ángeles y áreas comerciales como Home Depot, donde al menos 25 trabajadores fueron detenidos.

Testigos han descrito escenas de pánico, con agentes federales interceptando a personas en plena vía pública y utilizando gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.

La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha condenado las redadas y ha expresado su preocupación por el impacto en la comunidad. “Estas tácticas siembran terror en nuestras comunidades y perturban los principios básicos de seguridad y debido proceso”, declaró en un comunicado.

Por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, ha criticado la intervención federal, calificándola de “imprudente y cruel”.

Mientras las protestas continúan, organizaciones de derechos civiles han instado a los manifestantes a mantener una movilización pacífica y evitar actos de vandalismo que puedan desviar la atención del problema central. Sin embargo, la frustración entre los asistentes es notoria, pues muchos argumentan que las redadas representan una amenaza directa para la estabilidad de miles de familias migrantes.

El impacto de estos eventos ha trascendido las fronteras de Los Ángeles, con activistas y voces de apoyo en otras ciudades organizando marchas en solidaridad con los afectados. La conversación sobre la política migratoria de Estados Unidos sigue en el centro del debate, y la respuesta del Gobierno ante estas protestas podría definir el rumbo de las próximas acciones en materia de inmigración en el país.