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Residentes de Washington consideran racistas las medidas de Trump en la capital. “Es un manual que se ha utilizado en el pasado”
El mandatario ordenó la presencia de fuerzas militares y policiales en la capital.

Donald Trump ordenó el despliegue de la Guardia Nacional y otras fuerzas del orden en la capital de Estados Unidos, por una presunta crisis de seguridad pública.
El primer mandatario prometió una "acción histórica para rescatar la capital de nuestra nación del crimen, el derramamiento de sangre, el caos, la miseria y cosas peores".
Este discurso de Trump concuerda con la narrativa de políticos estadounidenses conservadores que durante décadas han relacionado la anarquía y la delincuencia con la presencia de personas no blancas, e incluso de políticos progresistas.

Para residentes de la ciudad, la intervención de tropas federales en barrios de la ciudad es una “alarmante violación de la autoridad local”.
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Estados Unidos ha tenido episodios históricos en los que varios políticos han usado ese tipo de lenguaje para intervenir barrios habitados por negros.
Esto va de la mano con discursos racistas y populistas para causar revuelo en la opinión pública, para justificar acciones policiales complejas.
En Washington, las comunidades se han estado preparando para una eventual ofensiva de fuerzas federales desde el 2020, cuando Trump en su primer mandato desplegó la Guardia Nacional por los hechos ocurridos con George Floyd.

April Googans, residente del distrito y lideresa, menciona que “independientemente de su posición en la escala política, comprenda que podrían ser usted, sus hijos, su abuela o su compañero de trabajo quienes sufren abusos o violaciones de sus derechos”.
Goggans ha coordinado protestas y pedagogía para la promoción de libertades civiles. Y ante el aumento de la presencia policial, asegura que deben estar alerta.
Aún no se sabe el impacto que tendrá el despliegue de la fuerza
La razón principal de la Casa Blanca para ejecutar dicha medida, es que deben proteger activos federales y que el entorno sea seguro para realizar arrestos oficiales.
Básicamente, consideran que la presencia militar va a disuadir a posibles manifestantes, o incluso anular alguna resistencia a los procedimientos.
Monica Hopkins, directora ejecutiva del capítulo de DC de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, sostiene que “El presidente predijo que si estas tácticas de mano dura se arraigan aquí, se extenderán a otras ciudades de mayoría negra y latina, como Chicago, Oakland y Baltimore, en todo el país”.
“Hemos visto antes cómo el control federal de la Guardia Nacional y la policía de DC puede conducir a abusos, intimidación y violaciones de los derechos civiles”, agrega Hopkins.
El lenguaje denigrante, basado en tintes raciales y de clase para pedir aplicación estricta de la ley, ha sido usado en el país norteamericano desde la década de los años 60, impulsado por Richard Nixon.
En el caso de las medias de Trump, ha repetido estos comentarios en ciudades y estados gobernados por políticos negros, dice la alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser.
Incluso, defensores de derechos civiles afirman que es un método de distracción para tapar otras gestiones que se le han cuestionado a Trump, y hace parte de manuales que se han usado en el pasado.
*Con información de la AP