Estados Unidos
Padres pagan miles de dólares para tener hijos “perfectos” en Silicon Valley: la obsesión por crear niños genios
Padres en Silicon Valley invierten miles de dólares en técnicas genéticas para asegurar que sus hijos nazcan con un coeficiente intelectual superior, en medio de una polémica sobre ética y desigualdad.

La creciente tendencia en Silicon Valley, California, hacia el uso de la tecnología biomédica ha causado toda una revolución entre las familias más adineradas del lugar, quienes buscan tener hijos con mayores capacidades intelectuales a través de la selección genética.
Hijos superinteligentes en Estados Unidos
En el corazón de Estados Unidos, algunos padres, empresarios y familias adineradas están dispuestos a pagar fortunas por la posibilidad de tener hijos genéticamente brillantes.
Desde pruebas de selección embrionarias hasta intervenciones genéticas, se han implementado prácticas que buscan maximizar el potencial intelectual de los bebés antes de nacer.
Sin embargo, esta tendencia ha causado fuertes debates con respecto a los límites que debe haber entre la ciencia y la aplicación de la ética en este tipo de prácticas que buscan “diseñar” a niños de acuerdo a las necesidades de los padres.
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¿Cuánto cuesta tener un bebé genio?
En la bahía de San Francisco, servicios especializados ofrecen pruebas genéticas para estimar el IQ de embriones durante la fecundación in vitro (FIV).
Este tipo de empresas ha encontrado un mercado que está dispuesto a pagar entre 6.000 y 50.000 dólares para acceder a estos procedimientos.
Gran parte de sus clientes son líderes del ecosistema tecnológico de Silicon Valley, incluidos directivos de alto rango y especialistas en inteligencia artificial.
Según The Wall Street Journal, la obsesión con este tema y todo lo relacionado con la inteligencia artificial tiene su origen en la cultura del éxito que ronda en esta región del país.
Sasha Gusev, genetista estadístico de la Harvard Medical School, explicó en declaraciones al diario: “Ellos tienen la percepción de que son inteligentes y que sus logros se deben a sus ‘buenos genes’. Ahora sienten que tienen una herramienta para replicarlo en sus hijos”.
La búsqueda cada vez más ambiciosa de una genética optimizada ha llevado a la aparición de nuevas ofertas de mercado, que van desde agencias que organizan citas entre ejecutivos y parejas con altas capacidades intelectuales, hasta servicios de FIV, con predicción poligénica de rasgos como el IQ.
La búsqueda de herramientas para crear “niños más inteligentes” tiene motivaciones adicionales dentro de círculos expertos en inteligencia artificial.

Polémica por los “bebés genios”
Los defensores de estas prácticas argumentan que la genética podría convertirse en una herramienta para prevenir enfermedades y garantizar que los niños tengan las mejores oportunidades desde el inicio de sus vidas.
Sin embargo, críticos advierten que este enfoque abre la puerta a una peligrosa “ingeniería social” que podría acentuar las brechas económicas y generar una élite biológica.
“El problema no es solo que se busque la perfección genética, sino que solo quienes tienen grandes recursos podrán acceder a ella”, explica la bioeticista María Elena García, profesora de la Universidad de Stanford.
Organismos internacionales y expertos en ética médica alertan que, aunque este procedimiento aún es muy limitado, el creciente interés de los millonarios de “diseñar a sus hijos” podría presionar hacia cambios legales y normalizar una práctica que deje en la cuerda floja las bases éticas de la profesión médica.
Mientras tanto, empresas del sector aseguran que sus servicios son voluntarios y que su objetivo principal es “optimizar la salud y el potencial de las futuras generaciones”.
No obstante, el debate sigue abierto: ¿es la inteligencia un derecho que debe potenciarse para todos o un privilegio que podrá venderse al mejor postor?