Estados Unidos
Las ‘reinas de la noche’ de Nueva York: el grupo de ‘viudas negras’ que drogaba y robaba a clientes VIP
El escándalo de un grupo de mujeres que drogaba y robaba a clientes de clubes exclusivos inspiró la trama de una famosa película.

La vida nocturna de Manhattan, Nueva York, se ha visto sacudida por un caso de estafa y robo perpetuado por un grupo de mujeres apodadas las reinas de la noche.
El grupo de mujeres es acusado de atraer a clientes de alto nivel a quienes seducían para luego administrarles sustancias que los dejaban inconscientes, mientras ellas saqueaban sus pertenencias para, finalmente, desaparecer sin dejar rastro.
La historia de las ‘reinas de la noche’
Las mujeres decidieron unirse para formar esta banda delincuencial, con el objetivo de superar sus situaciones económicas, las cuales no iban nada bien.
Lo que no sospecharon es que su búsqueda de riqueza y ascenso en el estatus social terminaría en una trampa para ellas, al ser arrestadas por fraudes millonarios. Roselyn Keo y un grupo de mujeres idearon un elaborado esquema para estafar a clientes de clubes exclusivos.
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Neo, a los 17 años, comenzó a trabajar como camarera en un diner de Nanuet y, desde entonces, la vida glamurosa y sus ansias de obtener dinero fácil comenzaron a entrar en su vida.
Durante el tiempo que trabajó allí, varios clientes de clubes para adultos le sugirieron que su simpatía podría traerle mayores ganancias del otro lado de la barra, según lo que registra ABC News.
Luego de recorrer distintos clubes, Keo descubrió que podía ganar sumas de entre 2.000 y 3.000 dólares en una sola noche, lo que en ese momento le parecía la cima del éxito.
Sin embargo, la buena racha comenzó a acabarse hacia el 2008. La crisis bancaria y la recesión frenaron el consumo, incluso, entre los habituales de la élite financiera, dejando a Keo y sus colegas sin los lujos y la bonanza de antaño.
Frente al estancamiento, Keo conoció a Samantha Barbash, una mujer más conocedora de este ambiente y también madre soltera, que supo detectar nuevas oportunidades.
Barbash era la anfitriona y organizadora de fiestas y poseía una amplia red de contactos, y decidió unir a su equipo a Karina Pascucci y Marsi Rosen. El grupo decidió poner en práctica lo que llamaron “pesca nocturna”, en donde atraparon a más de un millonario incauto.

Así operaba la banda de estafadoras
La operación se desarrollaba entre bares y lounges de lujo, en las horas de la noche, donde las mujeres se presentaban haciéndose pasar como ejecutivas que venían agotadas después de una fuerte jornada de trabajo.
De acuerdo con ABC News, buscaban a hombres que proyectaran signos evidentes de riqueza: tarjetas de alto nivel, relojes llamativos, trajes costosos. Una vez seleccionados los objetivos, se acercaban con simpatía y sugerentes invitaciones para seguir la velada en un club.
En medio de las posteriores salidas con sus víctimas, el grupo ofrecía a sus acompañantes un cóctel mezclado con ketamina, dosis suficiente para dejarlos desinhibidos, pero aún capaces de moverse, y los guiaban al club.
Allí, aprovechaban el estado indefenso de sus acompañantes para realizar consumos y cargos que podían ascender a decenas de miles de dólares en una sola noche.
Según lo relató la propia Keo, la clave del “éxito” del esquema radicaba en la vergüenza y el miedo social: la mayoría de los hombres evitaban denunciar los desfalcos para no verse involucrados públicamente en situaciones comprometedoras, especialmente si estaban casados o con cargos de responsabilidad.
El caso dio un giro cuando el cardiólogo Zyad Younan denunció haber sido drogado y estafado. Su testimonio, respaldado por pruebas de la DEA, llevó al arresto de Roselyn Keo, Samantha Barbash y otras implicadas, acusadas de asociación ilícita, robo y falsificación.
El proceso concluyó mayoritariamente en acuerdos extrajudiciales, y el caso pasó a convertirse en un mito urbano que sirvió de base para la historia de la película Hustlers, protagonizada por Jennifer López.