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Trump exige disculpas a obispa que le pidió tener “misericordia” de personas LGBTQ+ y migrantes: “No es muy buena en su trabajo”
La primera mujer en liderar la Diócesis Episcopal de Washington D.C., Mariann Edgar Budde, pidió clemencia para los grupos de minorías que se ven afectados por las nuevas políticas del presidente Trump.
El presidente Donald Trump exigió este miércoles, 22 de enero, una disculpa de la obispa episcopal de Washington después de que ésta le hiciera un llamado directo durante un servicio de oración que acompañó su investidura para que tuviera “misericordia de la comunidad LGBTQ+ y de los trabajadores migrantes” que están en Estados Unidos ilegalmente.
Haciendo referencia a la creencia de Trump de que fue salvado por Dios de un asesinato, la reverenda Mariann Budde dijo: “Has sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Dios, te pido que tengas misericordia de las personas en nuestro país que ahora están asustadas”.
Cuando regresó a la Casa Blanca, Trump dijo: “No creo que haya sido un buen servicio. Podrían haberlo hecho mucho mejor”. Más tarde, en una publicación que hizo en su red social, criticó duramente a la “supuesta obispa” como una “odiadora de Trump de línea dura de la izquierda radical”.
“Metió a su iglesia en el mundo de la política de una manera muy descortés. Fue desagradable en el tono, y no fue convincente ni inteligente”, dijo Trump, añadiendo que Budde no mencionó que algunos migrantes han llegado a Estados Unidos y han matado a gente.
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“Aparte de sus declaraciones inapropiadas, el servicio fue muy aburrido y poco inspirador. ¡No es muy buena en su trabajo!”, dijo Trump. “¡Ella y su iglesia le deben una disculpa al público!”
Un portavoz de la catedral no ha respondido a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico el miércoles. Mientras que el gobierno de Trump ya ha emitido órdenes ejecutivas que revocan los derechos de las personas transgénero y endurecen las políticas de inmigración.
El servicio en la Catedral Nacional de Washington se centró principalmente en la unidad nacional. Trump y el vicepresidente J.D. Vance y sus familias asistieron, junto con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el nominado de Trump para secretario de Defensa, Pete Hegseth.
En su sermón, Budde dijo que se reunieron “para orar por la unidad como pueblo y nación, no por acuerdo político o de otro tipo, sino por el tipo de unidad que fomenta la comunidad a través de la diversidad y la división”. Y añadió: “La unidad no es partidista”.
Más de una decena de líderes religiosos hablaron durante el servicio interreligioso, incluidos representantes de las religiones judía, musulmana, budista e hindú. Sin embargo, una ausencia notable entre el clero invitado con roles de oradores fueron los evangélicos conservadores, quienes están entre los más fuertes partidarios de Trump. No obstante, algunos de esos partidarios evangélicos estaban sentados en los bancos.
La Catedral Nacional de Washington ha albergado 10 servicios oficiales interreligiosos de investidura para presidentes de ambos partidos. La tradición se remonta a 1933. El último servicio tuvo un énfasis diferente al de los anteriores. Su enfoque estuvo en la nación en lugar de en el nuevo gobierno —un plan hecho antes del día de las elecciones—.
“Estamos en un momento único en la historia de nuestro país, y es hora de abordar esto de manera diferente”, señaló el reverendísimo Randy Hollerith, decano de la catedral episcopal, en una declaración en octubre: “Este será un servicio para todos los estadounidenses, para el bienestar de nuestra nación, para nuestra democracia”.
Los textos y canciones giraron en torno a temas de compasión y unión, incluyendo una lectura de Deuteronomio 10:17-21, que habla de cuidar a los huérfanos y viudas y a todos los que están en necesidad. Los sermones de las tomas de posesión suelen ser pronunciados por clérigos afines al gobierno entrante. En 2021, el reverendo William Barber, líder progresista de los derechos civiles, predicó ante el presidente Joe Biden, demócrata, en la catedral.
Budde, quien dio el sermón de este año, se ha unido a otros líderes de la catedral en criticar previamente a Trump, reprendiendo su “retórica racializada” y culpándolo por incitar a la violencia el 6 de enero de 2021, cuando una turba de sus partidarios atacó el Capitolio de Estados Unidos en un intento de mantenerlo en el poder.
Su sermón dirigido a Trump el martes provocó una animada reacción en las redes sociales. Austen Ivereigh, un biógrafo del Papa Francisco, escribió en X que la obispa “dijo la verdad” cuando habló con Trump y Vance. “Sus expresiones de furia e incomodidad sugieren que acertó”, dijo Ivereigh.
La única parte del servicio del martes que parecía hecha a medida para Trump fue la inclusión del tenor de ópera Christopher Macchio, quien también cantó el himno nacional en la ceremonia de investidura. El tenor cantó Ave María, una de las canciones religiosas favoritas de Trump y una que Macchio cantó en un mitin de Trump y en la Convención Nacional Republicana.
Antes de que comenzara el servicio, Macchio interpretó himnos como Cuán Grande es Él y otro favorito de Trump, Aleluya, escrita por Leonard Cohen.
A medida que el servicio de oración se acercaba a su fin, Trump se unió a otros cantando America the Beautiful. El presidente también agradeció a muchos del clero que participaron mientras pasaban frente a él, excepto a Budde, a quien no hizo caso.
*Con información de AP.