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¿Tercera Guerra Mundial? Los cinco factores que aumentan el riesgo y cinco que los disminuyen tras las declaraciones en el G20

La cumbre del G20 tiene lugar este 18 y 19 de noviembre de 2024 en Río de Janeiro. Y allí convergen los presidentes de las principales potencias económicas.

Redacción Mundo
18 de noviembre de 2024
Los líderes del G20 asisten al lanzamiento del "Grupo de trabajo para una alianza global contra el hambre y la pobreza" en Río de Janeiro, al margen de la Cumbre del G20, el 18 de noviembre de 2024. (Foto de ERIC LEE / POOL / AFP)
Los líderes del G20 asisten al lanzamiento del "Grupo de trabajo para una alianza global contra el hambre y la pobreza" en Río de Janeiro, al margen de la Cumbre del G20, el 18 de noviembre de 2024. (Foto de ERIC LEE / POOL / AFP). | Foto: AFP

La posibilidad de una Tercera Guerra Mundial es un tema que ha ganado relevancia en el debate público y político, especialmente en el contexto actual de tensiones geopolíticas. Los acontecimientos recientes, como las guerras en Ucrania y Gaza, los discursos en la cumbre del G20 y el aumento de desafíos globales como el cambio climático y la desigualdad, muestran un panorama internacional complejo y fragmentado. A continuación, los factores que podrían contribuir o prevenir un conflicto de escala mundial, teniendo en cuenta las dinámicas de poder actuales y las posturas de las principales potencias.

Factores que aumentan el riesgo de una Tercera Guerra Mundial

1. La guerra en Ucrania y el enfrentamiento entre potencias nucleares

El conflicto en Ucrania es, sin duda, el principal punto de fricción entre Estados Unidos y sus aliados de la Otan contra Rusia. La reciente autorización de Washington para que Ucrania utilice misiles de largo alcance contra objetivos rusos marca una escalada en el conflicto. Esto no solo aumenta el riesgo de una respuesta más agresiva de Moscú, sino que también podría desencadenar represalias más amplias que involucren a otros actores internacionales.

Además, la guerra ha puesto en evidencia el choque entre dos bloques ideológicos: Occidente, liderado por EE. UU., y una alianza tácita entre Rusia y China, que aunque no se ha involucrado directamente, ha apoyado a Moscú de manera diplomática y económica. Este enfrentamiento entre potencias nucleares es uno de los mayores peligros para la estabilidad global.

2. La situación en Gaza y el impacto en Oriente Medio

El conflicto entre Israel y Hamás tiene implicaciones que trascienden la región. Los llamados de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, para que Hamás acepte un alto el fuego, subrayan la preocupación de Estados Unidos por evitar una escalada que involucre a otros países de Oriente Medio, como Irán, que apoya a grupos armados en la región. Una escalada en Gaza podría generar un enfrentamiento directo entre Irán e Israel, lo que arrastraría a potencias como Estados Unidos y posiblemente a Rusia o China, que podrían apoyar al lado opuesto en un conflicto de mayor alcance.

G20 en Brasil
G20 en Brasil. | Foto: AFP

La fragilidad de Oriente Medio, combinada con los intereses estratégicos de potencias globales en la región, sigue siendo un factor de alto riesgo para el desencadenamiento de una guerra más amplia.

3. El deterioro de las relaciones internacionales

La cumbre del G20 en Río de Janeiro ha evidenciado la fragmentación del orden global. Las tensiones entre líderes como Joe Biden, Serguéi Lavrov y Xi Jinping subrayan las diferencias ideológicas y estratégicas que dificultan el diálogo y la cooperación. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025 podría agravar aún más esta situación, ya que su enfoque unilateral y nacionalista ha demostrado ser un factor desestabilizador en el pasado.

4. La proliferación de conflictos regionales

Más allá de Ucrania y Gaza, el mundo enfrenta una creciente proliferación de conflictos regionales, desde el enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán en el Cáucaso, hasta las tensiones en el Mar de China Meridional. Estos conflictos no solo afectan la estabilidad local, sino que también tienen el potencial de escalar si se involucran potencias extranjeras. La presencia militar de Estados Unidos en Asia-Pacífico y la creciente influencia militar de China podrían desencadenar un conflicto directo entre ambas potencias.

5. El riesgo tecnológico y cibernético

Otro elemento importante es la creciente militarización del ciberespacio. Los ataques cibernéticos, que pueden paralizar infraestructuras críticas, son cada vez más comunes y podrían ser utilizados como una herramienta de guerra híbrida. Una agresión cibernética de gran escala podría desencadenar respuestas militares convencionales, agravando aún más las tensiones internacionales.

Factores que disminuyen la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial

1. La disuasión nuclear

A pesar de las tensiones, el principio de la destrucción mutua asegurada sigue siendo un elemento clave para evitar un conflicto entre potencias nucleares. Tanto Estados Unidos como Rusia y China entienden que una guerra mundial con armas nucleares no tendría ganadores y causaría una catástrofe global.

2. La interdependencia económica

La globalización ha creado una red de interdependencia económica que hace que una guerra mundial sea altamente costosa para todos los actores. Por ejemplo, las sanciones económicas contra Rusia han demostrado que incluso las medidas no militares tienen un impacto significativo en las economías globales. China, como la segunda economía más grande del mundo, también depende del comercio internacional, lo que dificulta su participación en un conflicto de gran escala.

3. El papel de organismos internacionales

Aunque su influencia es limitada, organismos como las Naciones Unidas y el G20 siguen proporcionando plataformas para el diálogo y la resolución de conflictos. La iniciativa de Lula para combatir el hambre, presentada en la cumbre, muestra que todavía hay esfuerzos por abordar problemas globales de manera conjunta.

4. El rechazo público a la guerra

La sociedad civil en muchas partes del mundo se opone firmemente a la guerra, especialmente después de las experiencias traumáticas de las dos guerras mundiales del siglo XX. Esta presión puede limitar la capacidad de los líderes políticos para justificar conflictos de gran escala.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronuncia un discurso durante la sesión inaugural de la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, el 18 de noviembre de 2024. (Foto de Ludovic MARIN / AFP)
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronuncia un discurso durante la sesión inaugural de la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, el 18 de noviembre de 2024. (Foto de Ludovic MARIN / AFP). | Foto: AFP

5. El aprendizaje histórico y la memoria colectiva

Los líderes y las sociedades actuales han heredado las lecciones de las dos guerras mundiales del siglo XX, que dejaron devastación sin precedentes. Esta memoria colectiva ha inculcado un profundo rechazo hacia los conflictos a gran escala. Los tratados internacionales, como el de las Naciones Unidas, se diseñaron específicamente para evitar la repetición de esas tragedias, promoviendo la diplomacia y la resolución pacífica de disputas.

Además, los avances en la educación global y la comunicación instantánea han sensibilizado a la población mundial sobre las consecuencias humanitarias, económicas y ambientales de una guerra mundial. Este aprendizaje histórico actúa como un freno moral y político, empujando a las potencias a buscar alternativas al conflicto armado.

Perspectivas futuras y posibles escenarios

El mundo se encuentra en un momento de cambios profundos, como destacó Xi Jinping durante la cumbre del G20. Las tensiones actuales no necesariamente conducirán a una Tercera Guerra Mundial, pero el riesgo aumenta si no se gestionan adecuadamente.

  • Escenario optimista: Los líderes globales logran establecer mecanismos efectivos de diálogo y cooperación, priorizando soluciones multilaterales a los conflictos actuales. Esto incluye la resolución del conflicto en Ucrania, un alto el fuego en Gaza y un enfoque conjunto para abordar el cambio climático y las desigualdades.
  • Escenario pesimista: Las tensiones actuales escalan, con conflictos regionales que involucran a potencias globales, como un enfrentamiento en el Mar de China Meridional o una guerra abierta entre Israel e Irán. La falta de consenso y cooperación global exacerba la crisis climática y económica, aumentando la inestabilidad.
  • Escenario intermedio: Persisten conflictos regionales y tensiones entre potencias, pero se evitan enfrentamientos directos de gran escala gracias a la disuasión nuclear y la interdependencia económica.

*Información construida con apoyo de inteligencia artificial.