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“S”, el hombre que estuvo secuestrado durante más de 20 años por su madrastra, cuenta los primeros detalles de su historia. ¿Qué le pasó?
El hombre, secuestrado por su familia cuando tenía alrededor de 11 años, pasó la mayor parte de su vida bajo un fuerte confinamiento y graves abusos.

El pasado 17 de febrero, un incendio en el estado de Connecticut destapó un conmocionante caso de abuso en Estados Unidos. En la investigación se descubrió que un hombre había estado secuestrado durante más de 20 años por su madrastra, Kimberly Sullivan, cuando este tenía alrededor de 11 años.
Un bombero que llegó al lugar del incendio describió a los periodistas en ese momento que pudo lograr ver una figura humana en medio del humo, de casi 1,75 metros de altura, que se encontraba tendido en el piso de la cocina de la residencia. “Era como si no llevara nada sobre los brazos“, comentó Gabriel Goja —el agente que lo rescató— al medio The New York Times, refiriéndose a la extrema delgadez del hombre, que apenas pesaba 30 kilos.

Los funcionarios de la ambulancia que llegaron al lugar notificaron que el hedor era insoportable mientras que el hombre les contaba su historia, donde además se excusó por el olor debido a que no se le permitía bañarse hace un año. Ahora, salieron sus primeras declaraciones.
El hombre, conocido como “S”, ya que su identidad se ha mantenido en el anonimato, contó que su madrastra lo mantenía en cautiverio 23 horas del día, encerrado en una pequeña habitación de 2,4 por 2,7 metros. Era obligado a hacer sus necesidades físicas sobre un periódico. En algunas oportunidades le daban un sándwich y agua, pero sus dientes podían romperse con facilidad al masticar, debido a que llevaba casi toda su vida sin visitar a un odontólogo.
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También manifestó que fue él quien provocó el incendio dentro de la casa, además de especificar que durante toda su vida en cautiverio, los libros fueron su única compañía. Agregó que solo podía salir de la residencia para pasear al perro en el patio trasero de la propiedad. También recordó que en una oportunidad intentó escapar, pero las represalias lo convencieron de no volver a intentarlo.
“S”, de 32 años, contó a CNN que se encuentra en buen estado desde su rescate, y que está en proceso de elegir su nombre para empezar una nueva vida.

Las cámaras que tenían los agentes en sus cuerpos al momento de ingresar a la residencia captaron las deplorables condiciones en las que vivió “S” durante años. La orden de arresto en contra de Sullivan, a la cual tuvo acceso el medio CNN, expuso que el hombre calificó dos años de su secuestro como “cautiverio, abuso y hambruna“.
En 2005, sus padres habrían decidido retirarlo del colegio para que este continuara con sus estudios desde casa. Incluso, tiene otras dos hermanas que siempre han mantenido una rutina de vida normal. En la investigación del caso no se ha esclarecido si ellas tenían conocimiento de su hermano. Sin embargo, los vecinos de la familia aseguraron que no sabían sobre la existencia de un tercer hijo. “Me han mantenido en secreto toda mi vida”, dijo la víctima a los policías.

El grave suceso ha impactado a la pequeña ciudad Waterbury, más aún cuando algunos profesores habían manifestado hace años a la Policía y a asuntos sociales en reiteradas oportunidades, que “S” —en ese entonces todavía un niño— comía de la basura y bebía del urinario. No obstante, tras una visita domiciliaria de los agentes, estos indicaron que no todo marchaba bien dentro de la familia.
Por su parte, Kimberly Sullivan, de 56 años, fue acusada de secuestro, crueldad, privación ilícita de la libertad, agresión y conducta temeraria ante el Tribunal Superior de Waterbury, justo después del incendio. Durante el proceso, Sullivan alegó que el culpable era realmente su esposo, Kregg Sullivan, quien murió el año pasado luego de sufrir un derrame cerebral.
Aun así, las fotos de la Policía dan cuenta de que las cerraduras “estaban claramente diseñadas para mantener a alguien dentro, no fuera de la habitación“, según el documento oficial de ese entonces.