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Marco Rubio presenció un vuelo con deportados de Panamá a Colombia: Estados Unidos continúa sus medidas contra la migración ilegal
Mientras tanto, el gobierno del presidente Trump prioriza impedir que las personas viajen a Estados Unidos.
En su segundo y último día en Ciudad de Panamá, en un viaje por cinco países de Centroamérica, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, pasó del Canal de Panamá y la influencia china al tema que más ha defendido el presidente republicano: la inmigración.
Este mismo día, un vuelo del país centroamericano a Colombia transportaba a 32 hombres y 11 mujeres que cruzaron el Tapón del Darién y fueron detenidos en Panamá. Algunos de los inmigrantes subieron al avión antes de que llegara Rubio, quien lo observó y luego abandonó la pista para dar comentarios en un edificio cercano.
Es inusual que un secretario de Estado presencie personalmente una operación policial de este tipo, en especial frente a las cámaras.
El Departamento de Estado dijo que tales deportaciones envían un fuerte mensaje de disuasión, además de que Estados Unidos ha proporcionado a Panamá asistencia financiera por una suma de casi 2,7 millones de dólares en vuelos y boletos.
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“La migración masiva es una de las grandes tragedias de la era moderna”, sostuvo Rubio. “Afecta a países de todo el mundo. Reconocemos que muchas de las personas que buscan una migración masiva a menudo son víctimas y victimizados en el camino, y eso no es bueno para nadie”, explicó.
El vuelo del lunes se produjo cuando Trump ha estado amenazando con tomar medidas contra las naciones que no acepten vuelos de deportación de sus ciudadanos desde Estados Unidos.
La semana pasada castigó brevemente a Colombia con sanciones por negarse a aceptar dos vuelos. Panamá ha sido más cooperativo y ha permitido el aterrizaje de vuelos de deportados de terceros países y ha devuelto a los migrantes antes de que lleguen a Estados Unidos.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, reafirmó esa postura y acordó el domingo retirarse de la iniciativa de infraestructura y desarrollo de la Franja y la Ruta de China, después que Rubio le advirtiera que redujera el papel de China en las operaciones del canal o, de lo contrario, enfrentaría represalias estadounidenses.
Las autoridades de inmigración panameñas aseveran que han llevado a cabo 44 vuelos de deportación que transportaron a casi 2.000 inmigrantes desde que firmaron un acuerdo con Estados Unidos para apoyo financiero, cuando Mulino asumió el cargo en julio pasado. La mayoría de los que regresaron a casa fueron colombianos, seguidos por ecuatorianos.
Panamá detalló el mes pasado que el número de migrantes que cruzan el Tapón del Darién desde Colombia había disminuido más del 90 % en enero en comparación con el mismo mes del año anterior.
El gobierno de Mulino atribuye la caída a los esfuerzos realizados para canalizar a los migrantes a través de puntos de entrada limitados y realizar patrullas en el selvático Darién.
Mulino declaró el domingo que le había ofrecido a Rubio acceso a una pista de aterrizaje en el Darién para que sirviera de puente, a fin de que Estados Unidos deportara inmigrantes de otros países. Sin embargo, los venezolanos han sido la mayoría de los migrantes que han cruzado el Darién en los últimos años y Venezuela tampoco acepta vuelos desde Panamá.
Rubio enfatizó la cooperación de Panamá el lunes y señaló que las cifras de migración habían caído drásticamente. “Esta es una forma efectiva de detener el flujo de migración ilegal, de migración masiva, que es destructiva y desestabilizadora”, subrayó Rubio.
“Y hubiera sido imposible prescindir de la sólida asociación que tenemos aquí con nuestros amigos y aliados en Panamá. Y vamos a seguir haciéndolo”, detalló.
También adoptó una perspectiva que es común en la región, pero inusual viniendo de un funcionario estadounidense: “También entendemos desde Estados Unidos que la mayoría de las personas que vienen aquí tienen como objetivo llegar eventualmente a Estados Unidos”, dijo.
“Entonces se podría decir que, en cierto punto, nuestra frontera no comienza en Texas o México. Comienza mucho más abajo”, anotó.
Poco después, Rubio partió hacia El Salvador, donde la migración volverá a ser un tema principal de la agenda. También irá a Costa Rica, Guatemala y República Dominicana.
El viaje de Rubio se produce en medio de un amplio congelamiento de la asistencia exterior de Estados Unidos y órdenes de suspensión de trabajos que han cerrado programas financiados por Estados Unidos que apuntaban a la migración ilegal y el crimen en los países centroamericanos.
El Departamento de Estado indicó el domingo que Rubio había aprobado exenciones para ciertos programas críticos en los países que visita, pero los detalles al respecto no estuvieron disponibles de momento.
Con información de AP.