Entrevista
“El presidente Petro tiene ahora la oportunidad de corregir un error”: Marcos Peckel habla del acuerdo entre Israel y Hamás
El líder de la comunidad judía en Colombia se refiere en SEMANA a la liberación de los secuestrados y le hace una petición al primer mandatario.
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SEMANA: ¿Qué es lo más importante del acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás?
Marcos Peckel: Lo fundamental del acuerdo es lo que veníamos esperando hace tiempo: la liberación de los 48 rehenes que aún permanecen en poder de Hamás, de los 250 que fueron secuestrados el 7 de octubre de 2023. Entre ellos hay un colombiano, del que se cree que está vivo, aunque enfermo. Esa es la parte clave. Gracias a eso se puede hablar de un cese al fuego, que sería la segunda fase. Una vez completada esta etapa, se podrá avanzar hacia lo que viene a mediano o largo plazo: quién gobernará Gaza, cómo se reconstruirá el territorio y cómo se le devolverá esperanza a su población, que lleva 20 años bajo el yugo de Hamás.
El acuerdo es positivo. No es la primera vez que Israel accede a este tipo de canjes; lo ha hecho antes porque para el país la vida de cualquiera de sus ciudadanos vale todo. Recordemos el caso del soldado Gilad Shalit, liberado a cambio de 1.027 terroristas, entre ellos Yahya Sinwar, el líder de Hamás y arquitecto del ataque del 7 de octubre. Ese patrón ya existe: para recuperar uno o dos israelíes, incluso cuerpos, Israel ha liberado presos palestinos condenados por atentados en los que murieron decenas de personas.
SEMANA: ¿Puede este acuerdo abrir el camino hacia una paz duradera?
M.P.: Para que Gaza tenga esperanza, Hamás debe desarmarse y desaparecer del gobierno. Si sigue ahí, no habrá paz ni convivencia, y será cuestión de tiempo para que un nuevo enfrentamiento ocurra. Si se cumple lo pactado —que Hamás entregue las armas, que quienes quieran irse lo hagan y que se establezca un gobierno temporal con participación de algunos países árabes y, quizá, de la Autoridad Palestina—, entonces podremos hablar de la posibilidad de construir una convivencia a largo plazo y una paz verdadera.

SEMANA: ¿Cómo se vive este momento en Israel tras la aprobación del acuerdo?
M.P.: La población israelí está absolutamente feliz, o lo estará cuando vea a los últimos 48 rehenes regresar con vida o recibir una tumba digna en Israel. También hay esperanza de que termine la guerra. Si el acuerdo se cumple, si Hamás se desarma y deja de gobernar Gaza, se cerrará una etapa de 20 años de enfrentamientos que afectaron gravemente a la población civil. Después vendrá la discusión política interna: cómo se reorganiza el país, que es una democracia parlamentaria.
SEMANA: Se ha dicho que Donald Trump presionó a Benjamin Netanyahu para aprobar el plan. ¿Fue así?
M.P.: Es evidente que Trump fue el gran arquitecto del acuerdo. Logró alinear a los actores centrales: Israel, Turquía, Qatar, Egipto, Arabia Saudita e incluso países musulmanes no árabes como Indonesia y Pakistán. La derrota militar de Hezbollah e Irán debilitó a quienes habrían querido sabotear este proceso. Por supuesto hubo negociación entre Trump y Netanyahu, como con otros líderes, pero al final, cuando Trump presentó el plan en la Casa Blanca, lo hizo junto con Netanyahu, lo que demuestra que Israel lo aceptó desde el principio.
SEMANA: ¿Qué puede pasar con Netanyahu una vez termine la guerra?
M.P.: Su futuro dependerá del electorado israelí. El actual parlamento termina en 2026, pero en la historia de Israel ningún parlamento ha cumplido su periodo completo. Una vez acabe la guerra, podría haber elecciones anticipadas. Netanyahu podría continuar como primer ministro encargado hasta entonces, pero al final deberá volver a negociar coaliciones, como siempre ha sido en Israel, donde ningún partido logra mayoría absoluta.

SEMANA: El presidente Gustavo Petro ha mostrado hostilidad hacia Israel y rechazó inicialmente el plan. ¿Qué piensa al respecto?
M.P.: El presidente Trump es el gran ganador de este proceso. En cuanto al presidente Petro, tiene ahora la oportunidad de corregir un error: haber roto relaciones diplomáticas con Israel. Ni siquiera países críticos como Turquía, Sudáfrica, Chile o Brasil lo hicieron. Mantuvieron interlocución con Israel porque es un actor central en el conflicto. Si Petro realmente quiere ser parte de los esfuerzos de paz o convivencia en la región, necesita restablecer relaciones. Al hacerlo, ganaría interlocución y relevancia internacional.
SEMANA: ¿Cree que Trump merecía el Premio Nobel de Paz por su papel en estos acuerdos?
M.P.: Quizás no este año, porque los Nobel tienen sus tiempos, y estamos felices de que María Corina Machado haya sido premiada por su lucha democrática. Pero Trump ha promovido varios acuerdos de paz: este entre Israel y Hamás, el de Azerbaiyán y Armenia, el de Congo y Ruanda, e incluso esfuerzos para evitar conflictos entre India y Pakistán o entre Egipto y Etiopía. Ha hecho de la paz una bandera de su gobierno. Estados Unidos tiene el poder para imponer condiciones, y por eso no sería extraño que algún día el Comité Nobel lo incluya entre sus candidatos.
SEMANA: ¿Qué mensaje envía la comunidad judía tras el fin de la guerra?
M.P.: Vemos con preocupación el aumento del antisemitismo. El 7 de octubre vimos calles llenas de odio contra los judíos y contra Israel, en protestas convocadas incluso por el Gobierno Nacional. Esperamos que ahora, con la liberación de los rehenes y el fin de la guerra, cambie la retórica del Gobierno y se hable más de paz y convivencia. Eso enviaría una señal distinta a la que recibimos aquel 7 de octubre, cuando la virulencia fue realmente alarmante.