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Así fue la visita del papa Francisco a Colombia: “La fuerza del perdón y la grandeza del amor” fue su mensaje
El papa Francisco fue el tercer pontífice que visitó Colombia en toda la historia: reunió a millones de fieles en las ciudades del país.

El papa Francisco, quien durante su liderazgo de la Iglesia católica llevó como bandera el mensaje de la reconciliación, visitó Colombia en el año 2017, en el marco de la consolidación del Acuerdo de Paz que pondría fin a más de 53 años de conflicto interno.

“Invito a todos los colombianos, sin distinción, a acoger con alegría la visita del papa Francisco. Él viene a traernos un mensaje de paz, esa paz que todos estamos llamados a construir desde corazones abiertos al perdón, a la reconciliación y a la solidaridad”, manifestó en su momento el cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá, cuando se dio el anuncio de la visita de Francisco, aludiendo al lema que acompañó su viaje: “Demos el primer paso”.
Después de más de tres décadas que un papa no visitaba territorio colombiano, el argentino Jorge Bergoglio —Francisco, luego de su investidura— aterrizó en horas de la tarde del 6 de septiembre de 2017 en la capital del país, luego de 12 horas de vuelo desde Roma, en un vuelo 4.000 de Alitalia, o Pastor One.

Su estadía en Colombia duró cinco días, en los cuales estuvo en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. En cada una de las ciudades llevaba un mensaje diferente para predicar. En la capital, habló sobre la vida; los bogotanos recibieron al líder de la Iglesia en multitud, con aplausos, peticiones y sonrisas, mientras este hacía un recorrido en su papamóvil por la avenida El Dorado, donde recibió agradecido la calurosa bienvenida de los feligreses.
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Al día siguiente, el papa salió al frente de la Casa de Nariño para reiterar su mensaje: Colombia había elegido bien el camino de la paz.
En su encuentro con los habitantes, el pontífice empezó promulgando el mensaje de la reconciliación, además de que resaltó la presencia de los jóvenes que fueron a escucharlo: “Yo tenía escrito aquí: ‘Veo aquí a muchos jóvenes’, pero aunque tuviera los ojos vendados, sé que este lío solamente lo pueden hacer los jóvenes”, dijo.
“En este día les digo: por favor mantengan viva la alegría, es signo del corazón joven, del corazón que ha encontrado al Señor. Y si ustedes mantienen viva esa alegría con Jesús, nadie se la puede quitar, ¡nadie!”, expresó.
Luego del ameno encuentro con más de 22.000 jóvenes, el papa recibió las llaves de Bogotá, que fueron talladas con madera de una puerta del Bronx, por personas que decidieron cambiar de rumbo en su vida.
Posteriormente, se dirigió al parque Simón Bolívar, donde ofreció una misa, la cual contó con más de un millón de fieles.
Para el viernes, el papa Francisco se encontraba en Villavicencio, miles de personas llenaron el Parque Las Malocas y escucharon atentos el llamado del sumo sacerdote a transformar “el dolor en fuente de vida y resurrección”.
Luego de escuchar los testimonios de excombatientes de las extintas Farc y de sobrevivientes del conflicto, el papa predicó un mensaje de aprender “la fuerza del perdón, la grandeza del amor”.
“Aun cuando perduren conflictos, violencia o sentimientos de venganza, no impidamos que la justicia y la misericordia se encuentren en un abrazo que asuma la historia de dolor de Colombia. Sanemos aquel dolor y acojamos a todo ser humano que cometió delitos, los reconoce, se arrepiente y se compromete a reparar, contribuyendo a la construcción del orden nuevo donde brille la justicia y la paz”, manifestó.

Posteriormente, se dirigió a Medellín. En esta ciudad ofreció la eucarística a más de 1,3 millones de personas. Además, visitó a 300 niños de Hogares de San José, donde recordó que ellos son el futuro del país, por lo que les pidió a sus cuidadores que “recuerden ver en ellos a Jesús y los acompañen en su peregrinación hacia Dios”.
Al finalizar su viaje, el papa Francisco viajó a Cartagena, donde bendijo la primera piedra de las casas que iban a ser construidas para los habitantes de la obra Talitha Qum, que ayudaba a víctimas de trata de personas, así como a aquellos que no tenían techo.

En este encuentro, el papa promulgó nuevamente su mensaje de amor y perdón: “En un ratito de silencio, meta en su corazón los nombres de las personas que más queremos y también los nombres de las personas que no queremos, los nombres de las personas que nos quieren y los nombres de las personas que sabemos que no nos quieren, para todos y para cada uno pedimos la bendición, para todos”.

Su visita quedó marcada en el recuerdo de todos los colombianos creyentes, quienes no contaban con la presencia de un papa en Colombia desde 1986, pero también quedó en la memoria de Francisco, quien recibió amor y desbordante agradecimiento de las personas, en un país que no ha podido resolver sus conflictos y lograr la paz total y duradera.