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Ante amenazas de Donald Trump, emblemático mural de Black Lives Matter fue borrado en Washington
La alcaldesa de Washington le restó importancia a la decisión del gobierno para no alimentar las discordias con Trump.

El pasado lunes, equipos de construcción comenzaron a borrar la icónica pintura en la que se leía “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan), a tan solo unas cuadras de la Casa Blanca. Por su parte, la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, intentó defenderse de las presiones del presidente Donald Trump y del Congreso, que ahora está controlado por su mayoría de republicanos.
Bowser publicó la semana pasada en su cuenta de X una crítica a la decisión “sin sentido” del Congreso de eliminar el mural, pero aprovechó para enfocar la atención en los recientes recortes federales de la administración Trump.
“El mural inspiró a millones de personas y ayudó a nuestra ciudad a atravesar un período doloroso, pero ahora no podemos permitirnos el lujo de distraernos con interferencias sin sentido del Congreso. Los efectos devastadores de los recortes de empleos federales deben ser nuestra principal preocupación”, escribió.

La alcaldesa demócrata había ordenado que se pintara la frase en la calle que luego nombró Black Lives Matter Plaza. Este correspondió a un acto público de protesta en 2020 que desató críticas a las fuerzas policiales de Estados Unidos, luego de que un oficial asesinara brutalmente a George Floyd, un hombre negro, en una calle de Minneapolis.
Su decisión de intervenir en el espacio público la puso en una confrontación directa con Donald Trump, quien amenazó con tomar el control sobre el Departamento de Policía Metropolitana y juzgó a Bowser de haber perdido el poder sobre la ciudad. A pesar de que el presidente, quien cumplía su primer mandato, no cumplió con la promesa, se entrometió en las protestas y ordenó que los helicópteros volaran a baja altitud para intimidar a los manifestantes.

La actuación de Bowser en 2020 fue ampliamente criticada por los manifestantes, quienes argumentaban que la alcaldesa mantenía una postura notablemente parcial frente a las intervenciones policiales. Además, criticaron los comentarios que emitió ante la decisión de borrar la pintura. Su participación en este movimiento no le atribuyó mucha credibilidad, demostrando que, ante todo, no seguirá provocando a Trump con este delicado tema.
Se hace evidente actualmente, ya que durante el segundo mandato del republicano, Bowser ha intentado evitar conflictos y restar importancia a los puntos con los que desacuerda el presidente. Luego de su elección, la alcaldesa de Washington viajó a la propiedad de Mar-a-Lago, donde se reunió con el mandatario. Posteriormente, enfatizó sus puntos de acuerdo, como el deseo mutuo de que los empleados federales regresen a las oficinas a tiempo completo.