Marisol Pabón del Círculo de Mujeres

Opinión

PNL y espiritualidad, una unión poderosa

La palabra, el pensamiento y la intención con el poder para transformar la vida son los elementos en común que unen a la Programación Neurolingüística con la espiritualidad. Ambas se encuentran en la esencia de las enseñanzas bíblicas y en la búsqueda personal de propósito, coherencia e interioridad.

Por: Marisol Pabón Rodríguez
5 de noviembre de 2025

Aunque la Programación Neurolingüística nació en los años 70, es sorprendente reconocer cómo muchos de sus principios ya estaban presentes en la vida y enseñanzas de Jesús y en pasajes de la Biblia. No como técnica estructurada, sino en el fondo de sus acciones. Jesús se comunicaba a través de metáforas, recurso que hoy la PNL, Programación Neurolingüística, reconoce como una vía directa para hablarle al inconsciente.

La PNL propone que el lenguaje moldea la realidad. Lo que dice, tanto a otros como a usted mismo, construye sus creencias y, a partir de ellas, sus resultados. Un lenguaje amoroso y afirmativo crea realidades en esa misma dirección. La mente es literal, cree lo que escucha, así que si cuida sus palabras, su mente le sigue. La Biblia también lo muestra cuando Dios crea el mundo con la palabra al decir: “Hágase la luz”. Más allá de lo religioso, esto revela el poder creador del lenguaje. La PNL enseña cómo convertir los deseos en objetivos a través de palabras bien formuladas.

También se habla de transformar la mente. En la Biblia se menciona “transformaros mediante la renovación de vuestro entendimiento”, una invitación a renovar pensamientos y creencias. En PNL, esto es reprogramación mental: dejar atrás los patrones limitantes y adoptar otros que impulsen la vida hacia un propósito más elevado. “Porque cuál es su pensamiento en su corazón”, dice otro proverbio, confirmando que lo que habita en el pensamiento profundo guía los actos y construye la identidad.

Cuerpo, mente y espíritu son el pilar del comportamiento humano. Tanto la espiritualidad como la PNL ofrecen herramientas para alinearlos, potenciarlos y mantenerlos en sintonía. La espiritualidad ofrece el para qué. La PNL, el cómo. Cuando una persona integra en su ser estas dos, se conecta con lo divino que ya habita en su interior. Surge entonces una sabiduría que va más allá del conocimiento intelectual, se refleja desde la propia evolución, buscando siempre un bienestar común.

Desde este lugar, la intuición se eleva a otro nivel. Se percibe más allá de los sentidos y se toman decisiones desde una conciencia más profunda. La coherencia también se vuelve parte esencial del ser: pensar, sentir, decir y hacer en una misma dirección. Eso genera confianza, inspira y da fuerza al mensaje.

La gratitud es otro aspecto fundamental cuando se posee esta unión. Se comprende que no existen personas buenas o malas, sino comportamientos originados en una intención y condicionados por las herramientas disponibles. Desde ahí, se suelta el juicio y nace un agradecimiento de corazón que eleva la energía.

En conclusión, aunque la PNL es una disciplina moderna, sus fundamentos dialogan con verdades universales sobre la mente humana, la fuerza de la palabra, la conexión con lo divino y la transformación interior. Por eso, a lo largo de mi trayectoria como programadora neurolingüística he elegido unirla con la espiritualidad. Creo profundamente en esta combinación como instrumento de transformación, crecimiento, evolución y servicio.

Marisol Pabón Rodríguez, directora – MPR Academia, top 10 Colombia en Trainer Coach en PNL