Silvia Arias del Círculo de Mujeres

Opinión

Las emociones también lideran resultados empresariales

Durante años, el mundo corporativo subestimó el poder de las emociones. Hoy, las empresas que se destacan son las que incorporan la empatía, autenticidad y el propósito centrado en las personas.

Por: Silvia Arias
23 de julio de 2025

Durante mucho tiempo, el mundo empresarial creyó que las emociones debían quedarse fuera de la conversación. Se decía que lo importante era la lógica, los números y los procesos eficientes. Hablar de empatía, conexión o propósito era visto como algo blando, incluso ingenuo. Pero hoy el panorama ha cambiado. Las compañías que realmente marcan la diferencia no son solo las que tienen el mejor producto o la estrategia más precisa, sino aquellas que comprenden que detrás de cada cliente, colaborador o proveedor hay una persona con emociones, historias, expectativas y búsquedas profundas.

Esa comprensión está redefiniendo lo que significa el éxito empresarial. Elevar la experiencia de quienes interactúan con una marca ya no depende únicamente de optimizar procesos o incorporar tecnología. Requiere un ejercicio consciente de conexión humana: diseñar desde la empatía, comunicar con autenticidad, liderar con propósito y, sobre todo, escuchar con atención genuina.

Hoy, hablar de emociones ya no es un lujo intangible ni un discurso inspirador para escenarios de coyuntura. Es una herramienta estratégica con impacto real. Las emociones están presentes cuando las personas toman decisiones, construyen relaciones, trabajan o compran. Ignorarlas es, en esencia, dejar de lado el motor más poderoso del comportamiento humano.

Cada vez más empresas lo entienden y lo integran en su cultura. Algunas priorizan el bienestar emocional como base de la productividad; otras rediseñan la experiencia del cliente poniendo el foco en la cercanía, el reconocimiento y la personalización significativa. Todas comparten la convicción de que las emociones no restan eficiencia, sino que la potencian y generan resultados.

Un colaborador que se siente valorado no solo trabaja mejor: se compromete. Un cliente que siente que una marca lo entiende no solo compra: vuelve, recomienda, la defiende. Un equipo que puede expresar lo que siente sin miedo construye vínculos más fuertes, creativos y resilientes. Las emociones bien gestionadas no debilitan: fortalecen, inspiran y transforman.

En el Gremio Colombiano de la Experiencia, creemos que el verdadero reto es llevar esta mirada emocional a todos los niveles de la organización. No como una acción puntual o una campaña de bienestar, sino como una convicción transversal. Esto implica formar líderes emocionalmente inteligentes, diseñar comunicaciones que conecten de verdad y crear productos y servicios que no solo respondan a necesidades funcionales, sino que despierten sensaciones y dejen memorias afectivas. Significa pasar del ‘cómo se hace’ al ‘cómo se hace sentir’.

Estas transformaciones requieren tiempo, formación y decisiones conscientes. Pero los resultados hablan por sí solos con culturas organizacionales más sanas, equipos más comprometidos, marcas con vínculos reales con su entorno y una gestión estratégica centrada en la experiencia. En un mercado saturado de opciones, las personas no solo eligen con la razón, sino con el corazón. Y ahí, la emoción se convierte en una ventaja competitiva.

En tiempos de cambio e incertidumbre, las empresas que integran las emociones en sus decisiones estratégicas están mejor preparadas para liderar con sentido, inspirar y crecer. Porque las conexiones verdaderas no se improvisan. Se construyen desde la escucha, la empatía y las mejores prácticas en experiencia. Y los resultados, cuando se pone a las personas en el centro, son tan potentes como sostenibles.

Silvia Arias, Directora Ejecutiva del Gremio Colombiano de la Experiencia