Para un líder, aprender a captar este estado de reposo mental es una habilidad esencial. Es ahí donde puede activar no solo su razón, sino también su intuición.

Opinión

Gestión humana: entre la reinvención y la irrelevancia

En esta columna, la autora ofrece una reflexión sobre la necesidad de reinventar la gestión humana en las organizaciones, invitando a líderes y profesionales a poner al talento en el centro de la estrategia.

Por: Yukari Sawaki
20 de octubre de 2025

Crecí con el eco profundo de Japón, una cultura donde la naturaleza es maestra. Recuerdo el cerezo: ese árbol que nos regala un espectáculo hermoso pero efímero. Es el recordatorio y la promesa de renovación constante. Mi padre solía decirme que no debemos esperar el cambio; al igual que ese árbol, debemos crearlo desde nuestras raíces.

Así concibo el propósito esencial de la gestión humana: no esperar la primavera, sino crearla desde su interior. Sin embargo, en el mundo corporativo seguimos esperando.

Los números no mienten: múltiples estudios de McKinsey señalan que hasta el 70% de las transformaciones empresariales fracasan. La verdad cruda es que los planes técnicos, aunque bien diseñados, están profundamente desconectados de la dimensión humana.

El Informe Anual de PwC alerta: casi la mitad de los líderes temen que sus compañías no sean viables en una década si no se reinventan. La reinvención está en marcha, pero a un ritmo lento. Piensen en estos datos, solo el 8 % de las empresas en Colombia tiene un enfoque estructurado de gestión del cambio y el 52 % ni siquiera lo considera una prioridad estratégica (Estudio realizado por Prosci con la Universidad de los Andes y ACRIP).

Entonces, si la mayoría de las transformaciones no dan los resultados esperados, ¿qué podríamos hacer de forma distinta?

Es fácil que, bajo la presión por ser más rentables, los temas “humanos” terminen relegados. Hasta que llegan las facturas costosas: burnout, rotación, renuncias silenciosas. Es en medio del caos cuando más necesitamos poner a la persona en el centro. No se trata de ser prudentes para terminar liderando de forma imprudente.

Urge reescribir el guion de la gestión humana. Uno que hable de procesos, pero también de propósito; que equilibre lo técnico con lo humano y que piense en sostenibilidad organizacional desde una visión integral.

Porque si la gente se apaga, la organización se detiene. Y si el talento florece, el negocio también lo hace. Harvard Business Review confirma que las empresas que priorizan el bienestar tienen un 50 % más de probabilidad de implementar cambios exitosamente.

Y, en sintonía con Dave Ulrich: “La gestión humana no se trata de gestión humana, se trata del éxito del negocio”. Esta frase resume la evolución que necesitamos. Ya no basta con preguntar qué hace gestión humana, sino cuánto valor aporta al éxito del negocio.

Porque aunque muchos líderes celebran mejoras en el clima organizacional, la pregunta clave es: ¿cómo ese resultado impactó el desempeño de la compañía? Si no conectamos lo humano con la cuenta final, todo esfuerzo se queda en una métrica bonita que no mueve la aguja.

El foco debe ir más allá de la administración de procesos. Lo estratégico está en desarrollar talento y capacidades que impulsen la estrategia.

Más que contar horas de formación, importa saber si estamos preparando a la gente para los desafíos del presente y del futuro.

Más que cumplir un cronograma de evaluaciones de desempeño, importa si contribuimos al desarrollo y al rendimiento real de la empresa.

Más que completar un checklist de gestión del cambio, importa si logramos resultados y fortalecemos la adaptabilidad.

Es momento de ganar agilidad como mentalidad de crecimiento, anticipación y adaptación. Esto implica simplificar procesos, usar la tecnología a nuestro favor y crear marcos que empoderen, no que controlen.

La clave está en atrevernos a soltar lo que ya no sirve y asumir las riendas de la estrategia. Ser irreverentes con los viejos paradigmas, valientes para incomodar e inspiradores para romper inercias.

Redefinamos lo que podemos ser: más estratégicos, más humanos, más ágiles y más valientes.

La reinvención de la gestión humana no es una opción, es una urgencia. Entre reinventarse o volverse irrelevante, no hay mucho margen de duda.

Yukari Sawaki, Gerente DOH Negocio Cárnicos de Nutresa