
Opinión
¿Estás viviendo tu propósito o simplemente sobreviviendo a tu rutina?
Un propósito mayor no solo guía nuestras acciones con coherencia y emoción, sino que también se convierte en el combustible que nos impulsa a avanzar con entusiasmo y optimismo. Es esa brújula interna que transforma lo cotidiano en significativo.
A lo largo de mi vida, me he encontrado con muchas personas que “tienen que hacer cosas”, pero muy pocas que “eligen hacerlas”. Esta sutil diferencia en el lenguaje revela una verdad profunda: cuando nuestras acciones están alineadas con un propósito superior, no solo cambia el resultado, sino también la energía emocional con la que las enfrentamos. El trabajo se vuelve interesante, retador, y sobre todo, lleno de sentido.
Pero, ¿cómo saber si lo que hacemos realmente conecta con nuestro propósito mayor? Aquí te propongo tres preguntas clave para iniciar ese fascinante camino de autoconocimiento:
- ¿Tienes claro quién eres y qué quieres?
- ¿Cuáles son tus valores?
- ¿Qué principios te guían?
Según Harvard Business Review, gestionar la energía y la motivación es esencial para avanzar en un trabajo significativo. Cuanto más positivas son nuestras interacciones y actividades, mayor es nuestro rendimiento. Esto impacta directamente nuestro progreso, especialmente cuando lo que hacemos está en armonía con lo que más valoramos.
Ahora bien, incluso cuando hay una alineación perfecta entre lo que hacemos y nuestro propósito, ¿te ha pasado que caes en un estado de procrastinación excesiva?
Lo más leído
La psicóloga social Heidi Grant identifica tres razones comunes por las que procrastinamos:
- Miedo a fallar.
- Falta de ganas.
- La tarea es difícil, aburrida o desagradable.
¿Cómo romper ese ciclo? Tomando acción. Las soluciones sugeridas por la autora son variadas y dependen del momento y la motivación de cada persona. Se puede adoptar un enfoque de promoción, que nos impulsa hacia logros y realización; o uno de prevención, donde la motivación está en evitar pérdidas.
Comprometernos con lo que debemos hacer, incluso cuando no tenemos ganas, es una elección que solo depende de ti y no de las circunstancias. Visualizar la satisfacción de haberlo terminado y planificar con anticipación nos permite superar los límites de nuestra fuerza de voluntad (que, por cierto, es limitada).
No aplaces más la vida
Construye tu mejor versión, cumple tus sueños y no te conformes con menos de lo que mereces. El momento no es mañana, es ahora.
Actúa con propósito, elige con valentía y haz que cada paso cuente con determinación. Porque cuando vives alineada con lo que realmente importa, no solo avanzas, te transformas.
Entonces, te pregunto:
¿Qué pasaría si vivieras alineado con lo que realmente importa?
Ana María Orozco Zuluaga, directora de Arquitectos de Soluciones en la Nube para Suramérica Hispana de Microsoft