
Opinión
El alma del liderazgo: inspirar desde lo profundo
Liderar desde el alma es vivir la pasión por una idea, trasladar la misión al día a día y permitir que el propósito fluya entre todos los miembros de un proyecto.
¿Qué significa liderar realmente? No es una pregunta que tenga una respuesta rápida ni única. La inspiración para este texto nace de la lectura de El alma del liderazgo de Deepak Chopra, un libro que replantea el liderazgo tradicional y lo transforma en un arte de vivir, un camino de conciencia, visión y energía emocional.
Chopra nos invita a ver el liderazgo más allá del rol jerárquico, como una posición fluida y humana, donde la capacidad de conectar, escuchar y comprender son las verdaderas fortalezas.
Liderar, según Chopra, no es simplemente trazar estrategias o alcanzar metas, sino tener la sensibilidad de percibir lo que ocurre en el corazón de quienes nos rodean y encender, desde ahí, el potencial de cada persona. En esencia, el liderazgo femenino encuentra aquí su lugar más auténtico: la fuerza del vínculo emocional, la capacidad de influir positivamente en entornos complejos y dinámicos, y el coraje de inspirar nuevas visiones para el mundo empresarial y social.
Esta lectura ha sido transformadora. Me ha llevado a cuestionar cómo acompaño a mi equipo, a reflexionar en qué medida liderar es servir, y cómo la verdadera influencia surge del descubrimiento espiritual y de saber conectar con otros desde esa profundidad. He aprendido que cualquier líder puede motivar, pero se requiere sensibilidad y propósito para lograr una influencia real en las dimensiones personales de quienes te rodean.
A lo largo de los años de emprendimiento, he constatado que el liderazgo consciente, especialmente para mujeres, no es solo una herramienta profesional, sino una forma de vida. Es un ejercicio cotidiano de autoevaluación, de preguntarnos si nuestras decisiones se alinean con la visión que queremos construir y si estamos generando el espacio para que otros puedan desplegar lo mejor de sí mismos.
El enfoque de Chopra de escuchar, practicar introspección y formular preguntas como “¿cómo me siento?, ¿cómo se siente mi equipo?, ¿cuáles son los obstáculos ocultos?”, se ha convertido en un ritual personal y colectivo, y en un motor para cultivar entornos laborales donde las emociones positivas tienen tanto peso como los indicadores productivos.
Liderar desde el alma implica disfrutar el camino, entender que el verdadero impacto está en las conexiones que generamos. Las mujeres, por naturaleza, hemos aprendido a navegar desafíos, a construir redes, y a liderar desde la empatía y la intuición. Por eso, el liderazgo femenino es hoy más relevante: porque crea ambientes donde florecen la escucha, la inteligencia emocional y la colaboración.
En mi experiencia, el crecimiento de un equipo diverso y empoderado demuestra cómo la pasión por una idea y el propósito claro pueden movilizar a personas distintas en torno a un mismo sueño.
En los años de construcción de TumiPay y mi comunidad profesional, he visto cómo el liderazgo puede ir más allá de la estrategia y convertirse en un legado. Liderar grupos, proyectos o movimientos implica encarnar principios que inspiran a clientes, aliados y a toda una industria.
He comprobado que el clima emocional de una organización es tan importante como sus resultados económicos, y que el verdadero éxito consiste en ayudar a todos los involucrados a descubrir y materializar su propio potencial.
La ruta práctica que propone Chopra es sencilla, pero poderosa: autoevaluación, conexión emocional, acción consciente, y la expansión de propósito. Cada etapa es aplicable no solo en empresas tecnológicas y fintech, sino en cualquier espacio donde alguien tenga la oportunidad de liderar, acompañar o potenciar cambios. La clave está en transitar esos procesos con autenticidad, verte verdaderamente como inspiración y no solo como dirección.
Liderar desde el alma es vivir la pasión por una idea, trasladar la misión al día a día y permitir que el propósito fluya entre todos los miembros de un proyecto. En este paradigma, el éxito se redefine: ya no depende exclusivamente de cuánto crecemos en cifras sino de cómo crecemos juntos como personas, y del impacto que generamos en nuestros espacios, familias y sociedad.
Hoy, el camino del liderazgo femenino es más visible y necesario que nunca. Es un liderazgo que nutre y transforma, que sirve desde la empatía y la visión, y que deja huella mucho más allá de los resultados tangibles. Porque, como dice Chopra, la verdadera inspiración surge de descubrir quién eres espiritualmente y de conectar a los demás con ese potencial. Así es como se transforma la vida propia y la de quienes nos rodean, creando legados que trascienden empresas, roles y fronteras.
Marcela Santiago Rizo, CEO y fundadora de TumiPay