Opinión

Vulnerabilidad: el coraje de liderar con el corazón

Un estudio de Harvard Business Review revela que los líderes que admiten errores, y por tanto piden ayuda, generan un 76 por ciento más de confianza y credibilidad con su equipo. Cuando una mujer en el ejercicio del liderazgo se permite ser vulnerable, abre la puerta a la empatía y al crecimiento colectivo.

Luchy Mejía
14 de abril de 2025, 3:36 p. m.
Un estudio de Forbes indica que el 61 por ciento de los empleados confía más en líderes que reconocen sus errores y se muestran auténticos.
Un estudio de Forbes indica que el 61 por ciento de los empleados confía más en líderes que reconocen sus errores y se muestran auténticos. | Foto: Getty Images

Durante años, la imagen del liderazgo ha estado marcada por la firmeza, la autoridad y la resistencia emocional. Sin embargo, la vulnerabilidad está emergiendo como una de las mayores fortalezas de un líder. Si es así, ¿por qué a tantas mujeres en posiciones de liderazgo aún nos cuesta mostrarnos vulnerables?

Culturalmente, se nos ha enseñado que emocionarnos o demostrar lo que nos pasa es una debilidad y que la fortaleza radica en la capacidad para saber disimular lo que nos aqueja o para evitar a toda costa que se devele lo que hay en nuestro interior. Seguimos creyendo que la firmeza nos hace más creíbles en entornos de alta exigencia.

Pero la ciencia hoy nos dice lo contrario. Brené Brown, experta en liderazgo y vulnerabilidad, ha demostrado que cuando un líder se permite ser auténtico, fortalece la conexión con su equipo, potencia la innovación y fomenta un ambiente de seguridad psicológica. Es en la vulnerabilidad donde radica el coraje, no en la máscara de la invulnerabilidad.

La clave no es abandonar la fortaleza, sino redefinirla. La verdadera fuerza está en admitir cuando no tenemos todas las respuestas, en pedir ayuda y en mostrar nuestra humanidad.

Líderes como Jacinda Ardern, ex primera ministra de Nueva Zelanda, han demostrado que la empatía y la transparencia no solo son compatibles con el liderazgo, sino que lo hacen más efectivo.

La vulnerabilidad como emoción tiene una luz maravillosa

Tomado de: Conexión Emocional, 95 Cartas para Alcanzar la Asertividad Emocional. Luchy Mejía.
Tomado de: Conexión Emocional, 95 Cartas para Alcanzar la Asertividad Emocional. Luchy Mejía. | Foto: Luchy Mejía

Durante años, creí que ser fuerte significaba no mostrar dudas ni emociones. Como ejecutiva, empresaria, esposa y mamá, me acostumbré a sostenerlo todo sin titubear. Pero un día, luego de pagar altos costos a nivel personal, entendí que la verdadera fortaleza está en la vulnerabilidad.

Un estudio de Harvard Business Review revela que los líderes que admiten errores, y por tanto piden ayuda a otros, generan un 76 por ciento más de confianza y credibilidad con su equipo. Sin destacar que cuentan con apoyo y compañía, por tanto nunca se sienten solos. Sin embargo, muchas mujeres aún tememos que mostrarnos humanas nos haga perder credibilidad o que expresar nuestros sentimientos delante de otros pueda poner en riesgo nuestro rol de autoridad.

La realidad es que la vulnerabilidad no resta autoridad, nos hace más auténticas. Cuando compartimos nuestras luchas y dejamos que nos conozcan en lo personal, creamos equipos más comprometidos, empáticos y resilientes.

La fuerza de la vulnerabilidad: liderar desde la autenticidad

Durante mucho tiempo, se nos ha hecho creer que el liderazgo fuerte es aquel que no muestra grietas. Pero la realidad es que la vulnerabilidad no solo potencia nuestra fortaleza, sino que nos convierte en líderes más humanas y cercanas.

Un estudio de Forbes indica que el 61 por ciento de los empleados confía más en líderes que reconocen sus errores y se muestran auténticos. Cuando una mujer en el ejercicio del liderazgo se permite ser vulnerable, abre la puerta a la empatía y al crecimiento colectivo.

En mi experiencia como empresaria, ejecutiva y madre, aprendí que la dureza no siempre inspira y que, en ocasiones, aleja. Lo que realmente deja huella es la valentía de compartir la propia humanidad.

Mostrar nuestras emociones y desafíos no nos hace menos capaces, nos hace más reales y nos permite guiar con el ejemplo, construyendo equipos más resilientes, comprometidos y genuinos.

Liderar con el corazón no es debilidad, es una muestra de valentía.

Justamente, la vulnerabilidad es la emoción que nos acerca a la autenticidad, poniéndonos humildes y reconociéndonos humanas. Siendo así, ¿qué nos sigue impidiendo abrazarla hoy?

Es hora de cuestionarnos: ¿Qué ganamos con ocultar lo que sentimos? La dureza puede protegernos, pero la vulnerabilidad nos conecta. Un liderazgo más humano no solo beneficia a los equipos, sino que abre el camino para que más mujeres lideren sin miedo a mostrarse tal como son.

Luchy Mejía, CEO de Potencial Humano Integral y master coach experta en emociones