Sororidad

“Que cada quien pueda ocupar su lugar en el mundo”: Paula Amado Kattah

Desde las aulas trabaja por un acuerdo entre mujeres que no se oponga al liderazgo masculino, sino que apueste por la equidad. Y advierte sobre el espejismo del éxito femenino.

27 de junio de 2025, 4:27 p. m.
Paula Amado Kattah, gerente de Expansión y Crecimiento Universidad EAN.
Paula Amado Kattah, gerente de Expansión y Crecimiento Universidad Ean. Catedrática y Consultora de Mercadeo. | Foto: Semana

Para esta comunicadora, especializada en mercadeo humano, la sororidad representa un compromiso entre mujeres, basado en la convicción de que la colaboración supera al enfrentamiento. “No se trata de oponerse al liderazgo masculino, sino de apostar por la equidad y la visibilidad respetuosa. Cada persona puede ocupar su lugar en el mundo sin eclipsar a otra”, afirma con determinación.

Este enfoque se refleja en su labor como catedrática y líder de comunicación y mercadeo en la Universidad Ean, institución que, según destaca, “envía un mensaje claro de que sí se puede, y que la universidad es un espacio inspirador para todos”.

Convencida de que el cambio se construye en comunidad, ha tejido redes sólidas con colegas, estudiantes y otras líderes. “Contar con mujeres que enaltecen, acompañan y sostienen es tremendamente enriquecedor. La soledad es posible, sí, pero carece de la plenitud que brinda la compañía. Acompañada, la vida es más linda”, reflexiona.

Para ella, la sororidad no se limita a pertenecer a fundaciones o grupos femeninos; es un ejercicio diario de comprensión y empatía, de reconocer en la otra a una compañera. Observa que muchas mujeres crecen con la presión de demostrar y lograr más, debido a la persistente brecha de género, lo que puede llevar a perderse en la identidad profesional. “Dejas de ser tú para convertirte solo en la profesional. Y eso también duele”, advierte. “Nos convencemos de que el éxito está en tener más, pero el verdadero logro es encontrar serenidad”.

Su apuesta vital va más allá de la sororidad, extendiéndose a un sentido humanista en todas sus acciones. Especializada en mercadeo humano, promueve una corriente que busca reconectar a las empresas con las personas, trascendiendo la relación meramente transaccional. “En mis equipos de trabajo y en mis clases, trato de ser ejemplo de humanidad, que no es perfección ni simplemente ser ‘buena persona’. La grandeza también está en decir que fracasé”, comparte con honestidad.

Nacida en Bogotá y criada en Costa Rica, donde vivió más de 20 años, inició su carrera en PepsiCo y trabajó para otras grandes farmacéuticas y empresas de consumo masivo como Unilever y Bimbo. Desarrolló proyectos en varios países de América Latina. Hace cinco años regresó a Colombia con el sueño de “sembrar raíces” y eventualmente ser un legado de inspiración para sus pares, sus mayores y nuevas generaciones. Cree firmemente que la educación es la plataforma para una mejor sociedad y continúa trabajando para que sea una constante en Colombia.