Resiliencia

“La resiliencia como obligación”: Gilda Pabón

Reconstruyó su vida en EE. UU. y ahora apuesta por Colombia. Dios y familia son las grandes fuentes de su fortaleza.

27 de junio de 2025, 9:07 p. m.
Gilda Pabón, presidenta de Coltefinanciera
Gilda Pabón, presidenta de Coltefinanciera. | Foto: Semana

“Ser resiliente no es una opción, sino una obligación”, afirma esta venezolana que desde hace un lustro lidera una entidad con casi 45 años de historia en el sistema financiero colombiano, y a 370 colaboradores en todo el país.

La enumeración de infinitivos con la que resume su periplo vital desde que salió de Venezuela, explica muy bien por qué piensa así: “Migrar repentina y forzosamente con tu familia, casi con lo que llevas puesto, a un país con idioma y costumbres diferentes (EE. UU.). Reconstruir tu espacio profesional y personal, cuando ya no tienes 20 años, y hacerte ciudadana. Todo esto para volver a emigrar una década después, esta vez voluntariamente, y recomenzar en un país muy distinto al anterior (Colombia)”.

Su capacidad de adaptación está atada su fe. “Mi fuerza espiritual proviene de Dios. Soy creyente y practicante del catolicismo —confiesa—. La Virgen María es una madre amorosa que jamás abandona”. Y a ese motor, que le permite levantarse una y otra vez, se suma el combustible de su familia, compuesta por su esposo, sus tres hijas y sus tres nietos. “Toda mi fuerza y toda mi resiliencia se alimentan de esas dos infinitas fuentes de amor”.

Estudió Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello, en Venezuela, y desde joven se vinculó al sector financiero. Más que resolver conflictos o ganarlos en los tribunales, se ha propuesto evitarlos. “Las disputas son una pérdida de tiempo y energía, que están mejor invertidos en generar riqueza para el mayor número posible de personas”.

Desde su llegada a la empresa que lidera, ha implementado un proceso de transformación que se alinea con el propósito de ampliar el acceso a servicios financieros de calidad para sectores productivos desatendidos.

Su estilo de liderazgo es calificado por sus colegas como de “seda y acero”: exigente, pero también humano, empático y justo. “Creo que la determinación, la humildad, la claridad de objetivos y la disciplina son las claves del éxito. Más que carismática, me esfuerzo por ser una guía que ayuda a otros a descubrir y poner en marcha su potencial”.

Fuera del entorno profesional, disfruta la compañía de sus nietos, la lectura, los juegos de mesa y el tiro con armas de fuego. “Es una actividad que exige precisión, pero que, al mismo tiempo, relaja y distrae”. ¿Su mensaje para otras mujeres que atraviesen momentos difíciles? “Me gustan los imposibles, porque ahí siempre hay menos competencia. Lo que hoy te parece terrible, mañana te hará reír, solo dale tiempo”.