Sororidad

“Impulsar a más mujeres es un compromiso de vida”: Ángela Garzón

Movida por el asesinato de su hermana, promueve el empoderamiento femenino. Ayudó a crear la red ‘Cree en ti’, conformada por más de 650 emprendedoras.

27 de junio de 2025, 4:50 p. m.
Ángela Garzón, vicepresidenta de Articulación Público-Privada Cámara de Comercio de Bogotá.
Ángela Garzón, vicepresidenta de Articulación Público-Privada Cámara de Comercio de Bogotá. | Foto: Semana

Habla de la sororidad como de una convicción vital. Esta filósofa de la Universidad Nacional, bogotana de raíces vallecaucanas, representa a una generación de mujeres que entiende el liderazgo como una plataforma para impulsar a otras.

Hace 25 años, su trabajo por el empoderamiento femenino tomó la forma de un propósito: “El asesinato de mi hermana mayor hizo que impulsar a más mujeres se volviera un compromiso de vida”, relata. En honor a ella, se bautizó con su nombre el emblemático puente de guadua que se ve a la salida de Bogotá por la calle 80.

Como parte de su labor en la Cámara de Comercio, que consiste en servir como bisagra entre el sector empresarial y el Estado —al tiempo que promueve la inclusión y otras prácticas responsables—, impulsó la creación de la red ‘Cree en ti’, conformada por empresarias y emprendedoras de la capital y de Cundinamarca.

Desde su lanzamiento, en agosto de 2024, se han unido más de 650 mujeres que lideran microempresas o pymes. “Es una red para escucharnos, apoyarnos y crecer. La meta es llegar a muchas más”, dice Garzón, especializada en Relaciones Internacionales y Negociación.

Además de la solidaridad femenina, en esta comunidad se encuentran herramientas empresariales, se forman liderazgos con propósito y se cultiva el amor propio como raíz del empoderamiento. “He hecho un proceso para encontrar mi amor propio —comparte Garzón—, y mi propósito es ayudar a otras a encontrar el suyo, a descubrir su poder interior y a brillar con luz propia”.

Se trata además de un espacio seguro que facilita incluso procesos de sanación. “He trabajado con mujeres vulnerables, víctimas de abuso, y después de escucharlas, creer en ellas y apoyarlas, muchas han salido adelante. Solo necesitaban que alguien se fijara en ellas y les tendiera la mano”.

Se describe como una persona empática, creyente, coherente y alegre. Le gusta caminar por las montañas, leer, bailar, meditar y conversar. Y en el trabajo defiende los mismos valores que en casa: “No tengo dos versiones de mí misma”.

Su forma de liderar nace de una autenticidad que conecta y no impone, que escucha antes de hablar y que impulsa desde el ejemplo.

Ella no solo cree en las mujeres, sino que camina con ellas y las acompaña a descubrir todo lo que pueden llegar a ser, con la certeza de que la sororidad es una fuerza transformadora. Por eso invita a no creerse el cuento de que no pueden trabajar juntas, como suele repetirse. “Al contrario: cuando nos unimos, crecemos muchísimo más. Las mujeres tenemos una ética de cuidado. Podemos ayudarnos a crecer juntas”.