Opinión
Necesitamos promover la vocación docente para formar a los maestros del futuro
A pesar de que este rol es apreciado por la sociedad, es hora de promover la licenciatura como una opción de carrera que impacta en la sociedad y genera bienestar para quienes la ejercen.

El maestro de hoy es un actor fundamental para el acompañamiento en el desarrollo de la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. La primera infancia necesita de maestros que acompañen proyectos de vida, que impulsen la educación socioemocional, que generen ambientes de aprendizaje seguros y que los impulsen al crecimiento y desarrollo de sus competencias y capacidades. En la básica primaria y en la secundaria los maestros brindan a los jóvenes las herramientas para elegir un futuro pertinente para sus vidas y, de esta manera, impulsar la transformación social.
Es entendido que para el avance y el desarrollo de la sociedad se necesitan carreras enfocadas en tecnologías digitales, en ciencia, sostenibilidad, entre otras. Se escucha diariamente que a nuestros jóvenes se les recuerda la importancia de elegir carreras STEM; es decir, que tengan que ver con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Sin embargo, el mundo de la educación y, especialmente el sistema educativo escolar, requieren que las carreras de licenciatura también sean promovidas y estimuladas entre los estudiantes, ya que los buenos maestros siempre serán vitales para el desarrollo. Es decir, necesitamos que la vocación del maestro esté siempre presente.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, ser profesor es una de las profesiones que no va a desaparecer, sino que requiere modernizarse y adaptarse a los cambios que nos ha traído el mundo y las nuevas generaciones de niños y niñas. En un estudio realizado por la Unesco y el equipo especial sobre docentes para 2030 (Teacher Task Force), se reporta que hay un déficit de 3,2 millones de docentes en este momento para América Latina y el Caribe. A nivel mundial el desafío es aún más crítico para los sistemas educativos que requieren alrededor de 40 millones de docentes para responder a los retos de pertinencia, ciudadanía global y sostenibilidad del mundo.
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Hemos escuchado en repetidas ocasiones que la profesión de ser maestro es mal paga y valorada. Sin embargo, la encuesta de Opinión en Educación a docentes y directivos docentes, realizada por la Fundación Empresarios por la Educación e Invamer, muestra que el 90 por ciento se siente valorado por su comunidad, y por encima del 70 por ciento cree que su salario es bueno. No es verdad que el maestro tenga el último lugar en niveles salariales. La realidad es que sus ingresos hacen parte del rango promedio de un salario que les permite disfrutar de una buena calidad de vida. Muchas veces están por encima de profesiones como ingeniero y médico; además tienen diferentes escenarios en donde pueden desarrollar su carrera como los colegios públicos o privados, instituciones de educación postsecundaria o jardines infantiles; buen horario, garantías de vacaciones y cubrimiento de sus necesidades humanas para el bienestar y para seguir estudiando.
Tal vez hemos querido mantener la opinión basados en lo que nos han querido mostrar las discusiones políticas sobre esta profesión. Pero realmente vale la pena entender que es un rol absolutamente necesario, apreciado y valorado por la sociedad. Sabemos que existen retos especialmente para garantizar una buena calidad de la educación, tanto en espacios rurales como urbanos, lo que nos debe invitar a los ciudadanos a apoyar las políticas públicas que fortalezcan el rol del maestro en la sociedad.
Es posible que, de manera indirecta o inconsciente a través de la historia, hayamos influenciado a nuestros niños y niñas a que elegir ser maestro no es una buena opción para su vida. ¿Y si empezamos a cambiar este imaginario?
Todos tenemos grandes ejemplos de maestros a quienes siempre recordamos por una u otra razón, pues impactaron nuestras vidas para llegar a ser lo que somos en las diferentes ocupaciones y profesiones que tenemos. Hemos sido acompañados por un maestro, lo que muestra su importancia para la sociedad. Pero, si tu hijo te dijera que quiere ser maestro, ¿tú qué le dirías?
Gloria Figueroa, directora general San José de las Vegas.