Semana Sostenible

¿Sostenible y rentable?: el modelo colombiano que desafía las reglas del mercado

Alquería convirtió la sostenibilidad en eje de negocio y duplicó su tamaño en cinco años. Su certificación como la Empresa B más grande del país reta la idea de que el impacto social y ambiental es un costo.

22 de agosto de 2025, 10:31 p. m.
Alquería - Semana Sostenible
Juan Camilo Padilla, gerente de Sostenibilidad de Alquería. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

Hablar de sostenibilidad ya no es una moda. Para un número creciente de empresas es otra forma de hacer negocios, de relacionarse con el entorno y de asumir responsabilidades que exceden el balance financiero. En Colombia, Alquería es una de ellas. Su estrategia, que articula el crecimiento económico con el bienestar social y la protección ambiental, la ha convertido en la Empresa B más grande del país y una de las de mejor desempeño en América Latina.

La compañía recibió su recertificación como Empresa B con un 34 % más de puntos frente al año anterior, un avance que refleja su apuesta por un modelo regenerativo, inclusivo y rentable, validado por la organización global sin ánimo de lucro B Lab. En este proceso ha contado con aliados clave como gobernaciones, alcaldías, municipios, ONG, bancos de alimentos, universidades y organizaciones internacionales.

Más que un sello, se trata de un modelo que cuestiona la lógica tradicional de rentabilidad y propone otra forma de crear valor. Sobre los aprendizajes y retos de este enfoque conversamos con Juan Camilo Padilla, gerente de Sostenibilidad de Alquería.

¿Cómo se refleja, en la operación diaria, ser reconocidos como la Empresa B más grande del país?

Juan Camilo Padilla (J.P.): Ser Empresa B implica cumplir estándares exigentes en gobernanza, acción climática, impacto con comunidades, nutrición, calidad y gestión con clientes. Es una certificación que valida que vamos por buen camino hacia un triple impacto: social, ambiental y económico. Esto nos enorgullece, no solo a la empresa, sino a quienes trabajamos aquí, porque es una distinción que nos conecta directamente con nuestro propósito.

¿Qué decisiones les permitieron mejorar en un 34 % su evaluación como Empresa B?

J.P.: Cuando te certificas como Empresa B lo haces con un puntaje mínimo. Pero la recertificación exige avanzar, no quedarse con lo básico. Ya no se trata solo de puntajes, sino de cumplir requisitos más exigentes. En nuestro caso, asumimos esa hoja de ruta como parte de un proceso de mejora continua. B Lab no solo nos evalúa por lo que somos hoy, sino que nos ayuda a proyectar el futuro que queremos construir.

¿Cómo lograron traducir la sostenibilidad en una estrategia clara y cercana que conecte con los distintos públicos de la empresa?

J.P.: Hace dos años decidimos traducir nuestra estrategia de sostenibilidad a un lenguaje más cercano y culturalmente relevante. Queríamos que nuestros colaboradores y consumidores conectaran con ese mensaje. Así nació nuestro modelo de causas, que tiene cuatro pilares: Mantener el campo siempre vivo, apoyando a las comunidades rurales y la biodiversidad; Dar larga vida al planeta, cuidando recursos finitos como el agua y la energía; Nutrir nuestro presente y futuro, porque la nutrición es parte del día a día; y Transformar la educación, una causa liderada por nuestra Fundación Alquería Cavelier.

Cada causa tiene estrategias, indicadores y acciones concretas. Además, se sostienen sobre pilares transversales como el gobierno corporativo, la salud mental y física de los colaboradores, la reputación de marca y la cultura organizacional. El objetivo es que la sostenibilidad deje de ser un discurso técnico y se convierta en una convicción compartida.

Uno de esos pilares es el compromiso con el campo. En un país como Colombia, ¿qué implica, en la práctica, mantenerlo siempre vivo?

J.P.: Implica pensar en las personas que habitan el campo, en que puedan desarrollar allí sus proyectos de vida, tener ingresos dignos y bienestar. Pero también es cuidar el suelo, la biodiversidad y asegurar su productividad futura. Trabajamos con prácticas de ganadería sostenible, gestión regenerativa y relaciones cercanas con proveedores. Queremos que la vida del suelo y de quienes lo habitan pueda mantenerse en el tiempo.

¿Qué transformaciones culturales impulsaron para que la sostenibilidad sea realmente transversal?

J.P.: Todo parte del deseo de innovar, de encontrar relevancia en cada frente del negocio. Queremos que Alquería sea una marca aún más presente en el corazón de los colombianos, no solo por la calidad de sus productos, sino por su impacto. Nuestros consumidores saben que, al elegirnos, están contribuyendo con nutrición, educación y sostenibilidad. Eso genera confianza. Hoy veo una empresa que inspira, que enamora, que genera impacto positivo en 360 grados.

Aunque muchos aún perciben la sostenibilidad como un costo, en Alquería han demostrado que puede ser una palanca real de crecimiento…

J.P.: Cuando se concibe la sostenibilidad como un área aislada, con presupuesto propio, se corre el riesgo de verla como algo accesorio. Pero cuando está integrada en toda la organización, hablo de producción, distribución, cultura, calidad, se vuelve parte del ADN empresarial. En Alquería, si quisiéramos recortar sostenibilidad, estaríamos afectando procesos clave, porque está en todo. Además, lo hacemos con metas claras, convicción y visión estratégica. No es un gasto, es una apuesta que potencia la rentabilidad. En los últimos cinco años duplicamos el tamaño de la compañía y este año esperamos cerrar con ventas cercanas a los 2 billones de pesos.

¿Cómo puede este tipo de certificación aportar a una transformación empresarial más amplia en Colombia?

J.P.: Hacemos parte de una comunidad global de más de 100 mil Empresas B, cerca de 10 mil en Latinoamérica y más de 130 en Colombia. Consideramos que es importante escalar, masificar y darle visibilidad al sello para que más empresas y consumidores lo reconozcan y confíen en él. Por eso, desde Alquería seguiremos impulsando este sistema, convencidos de que puede fortalecer el movimiento empresarial consciente.

¿Qué le diría a otras empresas que todavía ven la sostenibilidad como un costo?

J.P.: Que la sostenibilidad y rentabilidad no solo no se excluyen: se potencian. En Alquería lo hemos comprobado. Hemos crecido con responsabilidad, con propuestas de valor que integran innovación, impacto y eficiencia. Sabemos que no es un camino fácil ni de resultados inmediatos. Pero si se asume con estrategia, compromiso y coraje, puede transformar el negocio y generar ingresos más estables y sostenibles.