Black Friday
¿Son ciertos los descuentos? Esta es la realidad del Black Friday en Colombia
El Viernes Negro 2024 llega en medio de unas tasas de interés en baja cautelosa, una inflación que parece dar respiro y un dólar fluctuante. ¿Valdrá la pena en un contexto económico de cautelosa incertidumbre?
El Black Friday, originario de Estados Unidos, se ha convertido con los años en un momento esperado, tanto para compradores como para comerciantes a nivel mundial. En Colombia, se estima que cada persona comprará en promedio 3,6 productos durante esta fecha, de acuerdo con la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif).
Sin embargo, la realidad es que el evento en el país tiene particularidades que lo alejan de la idea de “grandes descuentos para todo tipo de producto” y lo acercan a una herramienta comercial diseñada para rotar el inventario que ha permanecido estancado durante todo el año.
“En Estados Unidos, el Black Friday se utiliza para lanzar productos nuevos y promocionarlos, pero en Colombia tiene un enfoque diferente: aquí es más una estrategia que se va en inventarios antiguos y generar flujo de caja rápido”, explica Luis Fernando Reina, economista de la Universidad Manuela Beltrán, quien además detalla que, mientras en Estados Unidos se alcanzaron ventas de 9.800 a 10.000 millones de dólares en 2023, en Colombia se alcanzó el billón de pesos, algo apoyado por la alta cantidad de transacciones electrónicas.
Según Reina, estas dinámicas se pueden dar bajo contextos económicos de bajo consumo, que obliga a las empresas, no solo a enfocarse en promocionar sus productos más antiguos, sino utilizarlo como una estrategia para llegar al cliente de manera más efectiva.
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¿Cuál es el detrás de cámaras de las marcas?
Tal como lo señaló Luis Fernando Reina, para la mayoría de las empresas colombianas, el Black Friday no es más que una herramienta. Así lo confirmó Panela Stevenson, CEO de una marca de ropa colombiana cuya primera aspiración del Black Friday es fortalecer la relación del negocio con sus clientes. “A pesar de que estos días de descuentos sí representan ganancias, nosotros consideramos que no debemos apoyarnos tanto en estos números, porque tienen un efecto muy corto. En cambio, lo utilizamos para mostrarle a nuestro nicho que nos interesa, que lo queremos. Nos da mayor posibilidad de que se conozca nuestra marca y esté satisfecho con el producido”.
En cuanto a los descuentos, que muchos han sido cuestionados como producto de cifras infladas de días anteriores, Stevenson relata: “Nuestro calculo para definir el descuento del producto se basa en una revisión del tiempo que lleva el objeto en inventario. De ahí, partimos de un 30 hasta 50 % de descuentos en las ventas; números que sabemos son atractivos para los colombianos”.
Por su parte, María Paula Ariza, CEO de Indumentis, otra marca de ropa local, señala que, aunque el Black Friday es sin duda una herramienta para rotar inventarios preexistentes, su impacto no se limita a la liquidación de productos. Ariza estima un incremento del 30 % en las ventas a comparación de un mes regular, algo que —además— espera tenga un efecto de fidelización en sus clientes.
¿Quién pierde en el Black Friday?
Mientras las marcas encuentran maneras de sacar provecho del Black Friday, los compradores no siempre resultan beneficiados. Luis Fernando Reina señala que, en muchos casos, los descuentos pueden no ser tan significativos como parecen. “En Colombia, el Black Friday no sigue tan estrictamente las características del modelo estadounidense. Por eso, al comprar productos de tecnología, electrodomésticos, moda o artículos para el hogar —las categorías más vendidas—, el consumidor debe analizar cuidadosamente las ofertas para asegurarse de que realmente sean beneficiosas”.
Además de esto, el economista destaca un problema recurrente: el sobreendeudamiento. “Las familias en Colombia suelen financiar sus compras con tarjetas de crédito, lo que en un contexto de tasas de interés altas puede generar problemas financieros significativos”, añade. Algo que en este momento, aunque el Banco de la República ha empezado a bajar consistentemente las tasas de interés, no le gusta al colombiano: la necesidad o interés de endeudarse.
Otro riesgo importante es el incremento de fraudes digitales durante esta jornada. Las promociones en línea atraen a millones de compradores, pero también a ciberdelincuentes que aprovechan la euforia para enviar mensajes falsos y robar información personal. Según Kaspersky, empresa multinacional de ciberseguridad y protección de datos, en 2023 se registraron más de 60 millones de intentos de phishing en Colombia, muchos relacionados con ofertas y plataformas falsas.
El Black Friday 2024 será, sin duda, una fecha clave para el comercio en Colombia, pero también plantea interrogantes sobre cómo equilibrar las estrategias comerciales con un consumo responsable. Lo fundamental es que los consumidores analicen cuidadosamente las ofertas, comparen precios y prioricen productos que realmente necesiten, para aprovechar esta jornada sin comprometer su estabilidad financiera.