Reforma laboral podría elevar el desempleo juvenil: proponen contrato especial para mitigar el impacto

A pocos días de la sanción presidencial de la reforma laboral, nuevas voces académicas y empresariales advierten sobre un posible efecto colateral: el aumento del desempleo juvenil. Un análisis de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, advierte que, sin medidas específicas, la tasa de desocupación entre los jóvenes podría aumentar entre 3 y 5 %.

Actualmente, según cifras del Dane, la informalidad laboral juvenil supera el 56,8 %, mientras que la tasa de desempleo en este grupo es del 16 %, pese a una leve mejora frente al año anterior. La propuesta del estudio plantea un contrato especial para jóvenes menores de 28 años, como mecanismo para evitar un retroceso en el acceso al primer empleo formal.

Este nuevo contrato tendría una duración de seis a doce meses, incluiría salario mínimo y seguridad social, pero excluiría pagos por recargos nocturnos o dominicales y no exigiría indemnización por terminación anticipada. La idea es ofrecer una alternativa flexible que no desincentive la contratación de parte de pequeñas y medianas empresas.

“La reforma busca dignificar el trabajo, pero el primer empleo necesita un enfoque gradual. Este contrato permitiría una inserción real sin cargar de entrada a las microempresas”, explicó Pedro Villamizar, director del consultorio jurídico de la Universidad.

La propuesta cobra relevancia frente al rediseño del contrato de aprendizaje del Sena, que ahora contempla un salario completo en la etapa práctica, lo que podría significar un sobrecosto de hasta 5 billones de pesos para las empresas, según Fenalco. Otros cambios de la reforma, como la reducción de la jornada diurna hasta las 7 p. m. y el aumento al 100 % de los recargos dominicales, podrían frenar nuevas contrataciones, en especial en sectores que emplean jóvenes sin experiencia previa.

El estudio también alerta sobre una posible respuesta empresarial basada en la automatización o la tercerización de servicios, ante la falta de alternativas legales viables. Modelos internacionales como los de Alemania, Italia y Nueva Zelanda son citados como referentes de esquemas diferenciados para la inclusión laboral juvenil. Por último, el análisis pone el foco en los jóvenes rurales, quienes se verían aún más afectados tras la eliminación de artículos orientados a la formalización del empleo agropecuario. Para la Universidad de San Buenaventura, sin un enfoque legal adaptado a las realidades territoriales, este grupo corre el riesgo de quedar excluido del sistema formal.

“El reto no es solo legislar, sino adaptar la ley a las posibilidades reales de las empresas. Si se quiere proteger a los jóvenes, hay que crear caminos viables para su inclusión”, enfatiza Villamizar.