Macroeconomía
Estas son las tres prioridades económicas en las que debería trabajar el próximo gobierno para acelerar el crecimiento
Cada cambio de administración es una oportunidad para impulsar el PIB y avanzar en aspectos sociales.

Si bien la actividad productiva del país está creciendo más que en los dos últimos años, con un ritmo del 2,4 % en el primer semestre, aún se mantiene por debajo de las grandes necesidades de desarrollo de Colombia. Asimismo, el desempleo volvió a un dígito (8,6 % en junio), pero todas las alertas están prendidas porque, aunque hay más ocupados, la mayoría de ellos trabaja en la informalidad.
Por este motivo, cada cambio de gobierno se convierte en una oportunidad para que los nuevos administradores del país ejecuten programas que realmente sirvan para impulsar el PIB y avanzar en aspectos sociales.

Un análisis de la firma Sectorial señala que quienes lleguen a la Casa de Nariño a partir del 7 de agosto de 2026 deberán priorizar su labor en tres frentes para acelerar la economía: atacar las barreras de productividad, revivir el fracking y recuperar el mercado venezolano.
En el primer aspecto, la firma expone las palabras de Santiago Levy, investigador del programa de economía y desarrollo de Brookings Institution: “En promedio, el tamaño de las empresas en América Latina es de tres personas. Para aumentar la productividad hay que capacitar; si llevas a una persona a formación, como empresa, estás perdiendo una tercera parte de la capacidad. Entonces, quienes invierten son las empresas de mayor tamaño. Un país no puede crecer bien con solo el 3 % de sus compañías con capacidad de ser productivas”.
La economista e investigadora de la Universidad de los Andes, Marcela Eslava, estudió las razones que explican esa baja productividad y dijo enfáticamente que no se debe a que los colombianos sean perezosos ni a la falta de población en edad de trabajar. En su concepto, esa falla está en el hecho de que las empresas menos productivas son las que emplean más gente y también son las más numerosas.
“Esos espacios de muy baja productividad son los que en Colombia hemos venido a llamar últimamente como la economía popular, la cual concentra el 70 % del empleo y esa es una proporción contraria a la de una economía avanzada”, precisó.
En la mayoría de los países, las pymes tienen un peso significativo y Colombia no es la excepción, pero se requiere que más microempresas den el paso a convertirse en pequeñas y luego en medianas.
En lo que respecta al fracking, la técnica no convencional para extraer crudo, considerada por muchos como clave para recuperar la capacidad petrolera del país, la traba es más ideológica que de infraestructura. Según el informe de Sectorial, en América Latina está prohibido en Costa Rica y en Uruguay; en Brasil, Bolivia y Colombia no existe una legislación definitiva que lo impida, pero sí hay una fuerte oposición social. Argentina, México y Chile, por su parte, están aprovechando esta técnica.

Reactivar el fracking también es clave para estabilizar las finanzas públicas, que hoy están peor que durante la pandemia, con un déficit fiscal que se acercará al 8 % en 2025. La pregunta que queda es si se puede hacer de forma responsable con el medioambiente.
La tercera prioridad para el nuevo gobierno está relacionada con los cambios en el comercio global con el reshoring de Estados Unidos, el cual consiste en un proceso mediante el cual las empresas deciden traer de vuelta al país o lo más cerca posible la producción o fabricación de bienes que habían trasladado a Asia. A esto se suma la guerra comercial con China y la subida de aranceles.
“Colombia tendrá que apostarle a un camino rápido de crecimiento y ese está en Venezuela, pero para lograrlo, se necesita que vuelva la democracia al vecino país”, señala Alejandro Escobar, gerente de Sectorial.

Según la firma, otros frentes de trabajo en los que tendrá que enfocarse el nuevo gobierno para mejorar la competitividad consistirán en buscar soluciones al sistema de salud, superar los retrasos en infraestructura, reducir la pobreza y fortalecer la democracia, la seguridad física y energética.