Minería
El oro sigue imparable y supera los US$3.300 por onza. Esto es lo que debería hacer Colombia para que esa bonanza no le salga cara
La informalidad y la minería ilegal, que se incentivan con las altas cotizaciones, implican riesgos ambientales y un menor recaudo de impuestos y de regalías.

En 2025, el oro ha registrado uno de sus mejores desempeños, con un incremento del 25 % en solo cuatro meses. Este repunte ha sido impulsado por la incertidumbre generada por la agenda arancelaria de Donald Trump, que no solo ha intensificado las tensiones geopolíticas, sino que también ha llevado a los inversionistas a buscar activos seguros para refugiarse en medio de la tormenta.
Como resultado, está disparada la demanda por el metal precioso tanto de los operadores de bolsa como de los bancos centrales que lo están comprando para acumular sus reservas internacionales.
El pasado lunes 21 de abril, cuando Trump amenazó con despedir al presidente de la Reserva Federal, aumentó la incertidumbre y el precio de la onza de oro llegó por primera vez a los 3.423 dólares, incluso se alcanzó a cotizar a 3.500. Dos días después, el mandatario se retractó y los mercados tomaron un respiro. Aunque el oro bajó, la onza se mantiene en un nivel elevado alrededor de los 3.300 dólares.
Esta situación tiene un gran impacto en Colombia, que es uno de los 20 principales exportadores de oro del mundo. Si bien ayuda a que aumenten los ingresos por las exportaciones auríferas, también es un gran incentivo para la minería ilegal.
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En el país hay pocas empresas formales que extraen oro, la mayoría se saca con minería artesanal y de pequeña escala, actividad a la que se dedican más de 350.000 personas que encuentran en el barequeo y actividades similares un medio de subsistencia, y que genera cerca de un millón de empleos, según el Informe nacional: minería ilegal y contaminación por mercurio en Colombia, publicado en 2024 por la Procuraduría General de la Nación (PGN) y que fue citado por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia (Unal).
En Antioquia, Cauca y Chocó, donde se concentra el 80 % de la producción nacional de oro, el 95 % es realizado por organizaciones de menos de 25 trabajadores.
Estas cifras llevaron a expertos de la Unal a generar una alerta, pues estiman que los altos precios del oro pueden implicar un incremento considerable en el mercado ilegal del mercurio, “utilizado de manera irracional —técnica y ambientalmente— en las explotaciones de oro aluvial”. Por ejemplo, el Informe de la PGN indica que en Cauca se vierten en promedio 16,85 toneladas anuales de mercurio y se usan 8,56 gramos por cada gramo de oro extraído, a pesar de que en Colombia el mercurio está prohibido. Así mismo, demandará más explosivos que se usan en la minería subterránea de oro de veta.
El profesor Giovanni Franco Sepúlveda, Ph. D. en Ingeniería y director del Grupo de Planeamiento Minero (Giplamin) del Departamento de Materiales y Minerales de la Facultad de Minas de la Unal, sede Medellín, advierte además que, por la minería informal de oro que probablemente va a crecer para aprovechar los altos precios internacionales, el Estado dejaría de percibir incalculables sumas de dinero provenientes de estas explotaciones, las cuales no pagan impuestos ni regalías.
Por eso, propone la construcción de puentes entre las grandes empresas mineras y los pequeños mineros que cumplan requisitos básicos para formalizarse. La idea es que juntos puedan construir una cadena productiva de extracción del oro, que proteja la flora y la fauna de la contaminación.
“Esta no solo no es solo una solución pragmática, sino un modelo en el que todos ganan. El Estado se beneficiaría al reducir los niveles de informalidad y aumentaría el recaudo tributario, lo que fortalecería las finanzas públicas. Las empresas mineras, por su parte, podrían aprovechar los altos precios del oro para mejorar sus balances financieros y generar mayor confianza entre sus accionistas. Los mineros formalizados accederían a prestaciones sociales y seguridad laboral, protegiendo tanto su bienestar como el de sus familias”, concluye el docente.