Laboral
Contratos de prestación de servicios se triplicaron entre 2008 y 2023, revela estudio de la Universidad Nacional
Si bien es una modalidad laboral que ayuda a reducir el desempleo, también ha implicado una precarización de las condiciones de trabajo.

Una de las banderas del presidente Gustavo Petro durante su campaña a la Presidencia consistía en la promesa de eliminar los contratos de prestación de servicios, una modalidad laboral que ha venido creciendo en el país y cuyo principal usuario es el mismo Estado.
El entonces candidato calificaba esos contratos como una forma de sobreexplotación laboral y aseguraba que “debían pasar a la historia”. No obstante, hasta ahora no ha logrado su cometido y, por el contrario, en el Estado el tema se volvió más álgido, dado que muchos contratos que usualmente eran a un año se volvieron a tres meses, generando una mayor inestabilidad entre miles de personas, muchos de ellas profesionales, que generan sus ingresos de esa manera.
Una investigación, realizada por el economista Germán Darío Rodríguez Ávila de la Universidad Nacional (Unal), reseñada por la agencia de noticias de la universidad, identificó un aumento sostenido en la flexibilidad contractual en el país, con un incremento en la proporción de trabajadores vinculados por contratos de prestación de servicios. Particularmente, esta modalidad pasó de representar menos del 3 % de todos los ocupados en el sector servicios en 2008 a casi el 9 % en el último trimestre de 2023.
Su explicación para ese aumento, que implica que es una modalidad laboral que se triplicó en menos de una década, es que los contratos de prestación de servicios han sido la forma como el mercado laboral se ha adaptado a las condiciones cambiantes de la economía.

De hecho, concluyó que la flexibilidad contractual es una de las razones que ha permitido que disminuya la tasa de desocupación. “Esta tendencia les ha permitido a las empresas ajustar su planta de personal con mayor rapidez ante los cambios del mercado”, cometa Rodríguez Ávila, pero también advierte que es una tendencia que ha venido acompañada de una creciente precarización laboral:
“Aunque los contratos temporales y las modalidades de vinculación flexible amplían las posibilidades de empleo, suelen traducirse en menos estabilidad, ingresos más bajos y menos acceso a derechos laborales. Esta situación afecta particularmente a sectores como el comercio y los servicios”.
A diferencia de un contrato laboral, en un contrato de prestación de servicios no se generan derechos laborales como primas, cesantías, vacaciones o auxilios, y el contratista debe asumir por su cuenta sus aportes a seguridad social, pensiones y riesgos laborales.
Según el economista de la Unal, aunque los últimos años se han aprobado varias normas de flexibilización laboral, con alivios en los costos no salariales (salud, pensión, bonificaciones y transporte), estos siguen representando alrededor del 41 % del salario. Esta es una proporción similar a la registrada antes de la Ley 100 de 1993, con la cual se creó el Sistema General de Seguridad Social, que elevó las contribuciones obligatorias de las empresas.
“En los últimos años, se ha evidenciado en Colombia un aumento de la flexibilidad laboral, en especial en el frente contractual, con un claro incremento de los contratos temporales y las modalidades de contratación independiente”, precisó.

Esta investigación se presenta en un momento clave, ya que el ámbito laboral es actualmente un tema central de debate en el país. Cabe recordar que fue el eje de la fallida consulta popular impulsada por el Gobierno. Los cambios que se propondrán en este frente, en especial en lo que atañe a los recargos por trabajar de noche y en días feriados, podrían volver en un proyecto de ley de origen parlamentario, pero en ellos no se discutirían los contratos de prestación de servicios.