Vejez

Cada vez más pensionados se ven forzados a trabajar porque las mesadas no les alcanzan. El panorama es desalentador

Eran 150.000 en enero de 2021 y cuatro años después alcanzaron los 339.000. La mayor expectativa de vida tampoco ayuda.

9 de abril de 2025, 10:47 a. m.
Medellin January 2018  In the morning, an old man sells fresh tropical fruit on his wagon in a street in the center of Medellin because people love to buy fruit in the street.
Adulto mayor que vende aguacate en Medellín. | Foto: Getty Images

Antonio está cercano a cumplir 80 años. Ha sido un trabajador disciplinado del campo, nunca le han faltado ofertas para coger café, cuidar ganado o fincas y aunque logró pensionarse con un salario mínimo de su último empleo —algo extraordinario en su contexto pues la mayoría de los trabajadores del campo son informales—, el dinero no le alcanza.

A su cargo ya no solo están su esposa y un hijo enfermo, sino también tres nietos pequeños, así que con achaques y todo no deja de jornalear. Como Antonio, hay un creciente número de pensionados, que aunque lograron conseguir una mesada a perpetuidad, no pueden jubilarse.

Cartagena De Indias, Colombia - August, 2011: Senior adult selling watermelon in the colonial Getsemani neighborhood in Cartagena de Indias
Adulto mayor vendiendo patilla en Cartagena | Foto: Getty Images

Un estudio del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado sostiene que a medida que aumenta la longevidad de los colombianos, la vida laboral tiende a ser más larga. Mientras en el pasado las personas entre 65 y 69 años que trabajaban eran muy pocas, ahora cada vez es más común e incluso después de los 70 años.

Pese a que se estima que solo el 25 % de los adultos mayores logra pensionarse en el país, actualmente casi un tercio de la población que ha alcanzado la edad legal de jubilación (mujeres de más de 57 y hombres de más de 62 años) sigue en el mercado de trabajo.

La investigación del Externado, realizada por Stefano Farné y Andrés Escobar, señala que hoy un poco más del 50 % de los hombres de entre 62 y 74 años sigue trabajando, al igual que casi el 30 % de las mujeres de entre 57 y 74 años. “Se trata de porcentajes elevados según estándares internacionales, consecuencia del hecho de que todavía somos un país de ingresos relativamente modestos y con baja cobertura del sistema pensional, lo cual obliga a muchas personas —probablemente en la mayoría de los casos en contra de sus preferencias— a trabajar más allá de la edad legal de jubilación", indican los autores.

El número de adultos mayores ocupados ha crecido mucho más rápidamente que aquel de los individuos de entre 15 y 54 años. Por ejemplo, en 2024, los ocupados entre 15 y 54 años solo crecieron 0,7 %, mientras que los ocupados mayores de 55 años lo hicieron al 2,1 % (los no pensionados) y al 10,2 % (los ya pensionados). En esto se evidencia también el grave problema de la cantidad de personas de la tercera edad que toda la vida han sido informales y difícilmente al superar los 60 años pueden dejar de trabajar.

Tasa de ocupación de los adultos mayores
Tasa de ocupación de los adultos mayores | Foto: Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social

¿A qué se dedican?

Los investigadores del Externado señalan que, de acuerdo con diversos estudios, los adultos mayores colombianos que siguen trabajando son predominantemente informales y trabajadores independientes en actividades comerciales, y agrícolas —si son hombres— o de hostelería y de servicios personales —si son mujeres—”. Sus ingresos laborales tienden a disminuir con la edad debido a la mayor informalidad y al menor número de horas trabajadas normalmente. En el caso de los empleados domésticos, los cuenta propia y los jornaleros de mayor edad —como el caso de Antonio—, no siempre sus ingresos laborales mensuales alcanzan el monto de un salario mínimo.

“Menos estudiadas son las características de los adultos mayores pensionados que siguen trabajando. Su número está en constante aumento en Colombia: eran 150.000 en enero de 2021 y ya alcanzaron a 339.000 en enero de 2025. Además, su participación en el empleo total está en ascenso: en apenas tres años ha pasado de 0,9 % (promedio 2021) a 1,4 % (promedio 2024)”, reiteran.

A Hispanic man in his mid fifties sits at his dining room table and peers through his glasses while he holds a digital tablet and looks at his laptop computer. The table is strewn with his work as the morning sun streams in from outside and through the French door window panes in the background and envelopes the room with a bright glow.
Los pensionados que siguen trabajando suelen hacerlo principalmente en tareas de oficina y/o que requieren un limitado esfuerzo físico. | Foto: Getty Images

A diferencia de los adultos mayores informales, los pensionados que siguen trabajando no se dedican tanto al trabajo manual —en agricultura solo estaba el 6 %, en 2024, construcción (3,5 %) y servicio doméstico (3,1 %)—. Su ocupación está más en tareas de oficina y/o que requieren un limitado esfuerzo físico; es así como el 23,5 % de ellos trabaja en la administración pública, el sector educativo y sanitario, el 12 % presta servicios profesionales, técnicos, científicos o administrativos, el 4,8 % se desempeña en actividades artísticas y el 3,3 % en actividades inmobiliarias.

Otros sectores con importante participación de pensionados son el comercio (18,2 %), hostelería (4,5 %), industria, transporte y almacenamiento (9 %).

Los pensionados trabajadores suelen tener mayores niveles educativos que sus contemporáneos que siempre han estado en la informalidad. El estudio señala que en 2024 el 55,6 % de ellos tenía educación superior y el 27,2 % había terminado el bachillerato. Por el contrario, solo el 18,2 % de los adultos mayores que trabajan y no son pensionados ostenta un nivel educativo universitario y 49,5 % a lo sumo ha alcanzado a completar el nivel básico.

En el futuro, los investigadores del Externado prevén una situación paradójica: aunque habrá más personas pensionadas que, en teoría, no deberían continuar trabajando, el aumento en la esperanza de vida y las bajas mesadas obligarán a muchas de ellas a seguir desempeñándose laboralmente. A eso se suma que existen dos grupos distintos de adultos mayores trabajadores. Una mayoría con bajos ingresos, baja educación, obligada a mantenerse activa en el mercado laboral y una minoría creciente, que decide seguir ocupada para mantenerse activa y con el deseo de complementar sus ingresos. Lamentablemente, casos como los de Antonio, que se quiere jubilar, pero no puede, seguirán siendo los predominantes.