Mercado bursátil
Así les ha ido a los inversionistas en acciones colombianas con los últimos ocho presidentes del país
Experto explica que, si bien la política influye, lo que más pesa es la historia de crecimiento de cada mandatario. Tras un buen 2024, para 2025 hay optimismo frente a las inversiones en el país.
El mercado de acciones en Colombia cerró el año pasado como uno de los de mejor desempeño en el mundo. Su rentabilidad fue del 15,4 %, pero si se le agregan los dividendos sube a 25,5 %. Con estos resultados superó a todos sus pares en la región con la excepción de Argentina, cuya plaza bursátil se vio muy beneficiada con la llegada del gobierno de Javier Milei. Allí la ganancia del año pasado fue del 143 %.
Pese a lo anterior y a que los años anteriores no fueron buenos para las acciones colombianas, el analista Felipe Gómez asegura que en el largo plazo estas han sido un buen negocio, dado que 100 pesos invertidos en ellas en 2004, 20 años después, equivalieron a 594 pesos incluyendo los dividendos. Otra cosa es si se analiza un periodo de tiempo más corto, como los últimos 5 años.
Quienes entraron en 2014 cerraron 2024 con una pérdida de 0,9 %, en línea con el resto de los países de la región, que estaban afectados por la crisis financiera de esa época. Si la lupa se pone en los últimos cinco años, la pérdida sube a 3,7% y ahí si Colombia se distancia del vecindario. Lo paradójico es que en el mismo periodo de tiempo (2019-2024) las acciones argentinas ganaron 36,4%.
Para Gómez eso demuestra que los resultados de la Bolsa no solo dependen de la política, pues para esa época aún gobernaba el kirchnerismo en Argentina, sino también factores, cómo qué tan baratas están las acciones. Hace cinco años las acciones argentinas estaban a 6,44 veces frente a las ganancias de sus empresas y varios inversionistas empezaron a comprar porque consideraron que los precios estaban muy bajos y con la llegada de Milei su inversión se disparó.
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En el caso de Colombia, en 2019 las acciones se negociaban en 13,19 veces las ganancias de las compañías, pero luego ese indicador empezó a bajar y hoy está en 7,78 veces. Por eso la expectativa, tanto de Gómez, como de Andrés Restrepo, presidente de la Bolsa de Valores de Colombia, es que ese nivel de precios atraiga a más inversionistas este año.
Cambio de ciclo
Desde que Gustavo Petro fue elegido presidente, en junio de 2022, las acciones colombianas han tenido un rendimiento negativo de 5,1 %. No obstante, Gómez insiste en que en ese resultado no solo influye la política, sino también la historia de crecimiento de cada gobierno y, principalmente, los negocios y crecimientos que muestren las empresas inscritas en bolsa.
“Aunque es un solo país, es necesario mirarlo con varios lentes, uno es el político y otro el de la billetera”, precisa y pone como ejemplo lo que ha sucedido con los últimos ocho presidentes en materia de inversión en acciones. Su conclusión es que, desde Virgilio Barco hasta Gustavo Petro, el peor desempeño lo registró Ernesto Samper, en cuyos cuatro años de mandato, 100 pesos invertidos en acciones se convirtieron en 38 pesos, descontando inflación. El segundo peor fue el de Iván Duque, cuando esos mismos 100 pesos pasaron a ser 69.
En el polo opuesto estuvieron el primer mandato de Álvaro Uribe con 529 pesos y el de César Gaviria con 484 pesos. Según el experto, en el caso de Uribe más que la seguridad democrática lo que favoreció a las acciones fue la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, la cual le abrió a Colombia a nueva fuente de inversión extranjera, mientras que con Gaviria el gran cambio estuvo relacionado con la apertura económica y todo el reacomodo institucional que trajo.
En lo que va del mandato de Gustavo Petro 100 pesos invertidos en acciones son hoy 94, pero las expectativas con para el corto y largo plazo son positivas porque hay factores positivos como la transición energética; la existencia de empresas colombianas que son multilatinas y tienen una fuerte presencia en el exterior, lo que compensa riesgos (tipo ISA o Argos); la fortaleza institucional del país, una demografía aún joven y las necesidades de reducir déficits importantes como los de vivienda y de infraestructura.
Es más, de llegarse a dar un cambio de régimen en Venezuela, el crecimiento se podría impulsar, no tanto por exportaciones, como por la posibilidad de que las empresas colombianas puedan ayudar a reconstruir el vecino país.
Si bien 2025 es un año preelectoral, es factible que tal como ocurrió en Argentina empiecen a llegar inversionistas que le apuesten a un cambio de gobierno, pero lo más importante, según Gómez, será la historia de crecimiento que traigan los nuevos dirigentes del país.