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La nueva competencia empresarial: conquistar a los clientes a través de experiencias memorables

Para impulsar el consumo, las compañías ofrecen vivencias que dinamizan sectores clave como entretenimiento, turismo y gastronomía.

27 de septiembre de 2025, 4:00 a. m.
Los conciertos pueden ser un momento de conexión entre las empresas y sus clientes. | Foto: Adobe Stock

En los últimos años, un concepto ha ganado terreno en casi todos los sectores de la economía: la idea de que las empresas no solo venden productos o servicios, sino experiencias. El fenómeno no es nuevo, pero hoy alcanza una dimensión sin precedentes. En un mundo hiperconectado, en el que los consumidores tienen acceso inmediato a miles de opciones a través de internet y comparan precios en segundos, la diferenciación ya no está únicamente en la calidad o la eficiencia, sino en generar una vivencia memorable que logre dejar huella.

La razón es sencilla: mientras un producto puede ser imitado y un servicio puede ser replicado, la experiencia que rodea al consumidor es mucho más difícil de copiar. Lo que está en juego no es solo la satisfacción de una necesidad puntual, sino la construcción de un vínculo emocional entre el cliente y la marca. Una visita a un restaurante, por ejemplo, ya no se reduce al sabor de un plato, sino a la atmósfera del lugar, la música, el trato de los meseros y hasta la facilidad para compartir la experiencia en redes sociales.

El café se puede hacer en casa, pero no es lo mismo que ir a tomarlo en una especializada. | Foto: Adobe Stock

Este cambio responde también a una transformación en el comportamiento de los consumidores, especialmente de los más jóvenes. Las generaciones milennial y centenial valoran tanto –o más– la posibilidad de vivir experiencias como la de adquirir bienes materiales. El auge de plataformas como Instagram o TikTok ha acelerado esta tendencia: lo que cuenta no es solo lo que se compra, sino lo que se vive y se comparte.

Una entrada a un concierto, un viaje de fin de semana o incluso la compra de ropa se convierte en contenido digital, en una forma de expresión personal que trasciende el acto económico.

Las empresas necesitan conectar emocionalmente con sus clientes. | Foto: Adobe Stock

Un cliente puede encontrar un producto más barato en otra parte, pero si percibe que una marca lo hace sentir especial, probablemente repetirá su compra. Colombia no es ajena a esta tendencia. En el sector del entretenimiento, los conciertos masivos se han transformado en verdaderos festivales urbanos que movilizan miles de personas y dinamizan el comercio alrededor: restaurantes, transporte, hoteles y hasta la moda se benefician del fenómeno.

Por eso, brindar experiencias ya no es un lujo ni un añadido. Es una estrategia de supervivencia. Las empresas que no logran conectar emocionalmente con sus clientes corren el riesgo de volverse irrelevantes en un mercado cada vez más competido. En cambio, aquellas que entienden la economía de la experiencia se aseguran no solo ventas, sino fidelidad y buena reputación.