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Esta es la millonaria suma que entrará a las arcas de Santa Fe por conseguir su décima estrella
El título local, así como la clasificación internacional implican un importante movimiento en la caja del equipo capitalino.

La décima estrella de Independiente Santa Fe no solo representa el fin de una larga sequía deportiva de nueve años, sino que también marca un punto de inflexión financiero para el club y su entorno. El título de la Liga BetPlay I 2025 llegó acompañado de una recompensa económica significativa que ofrece oxígeno a las finanzas de una institución que, en los últimos años, ha debido enfrentar desafíos presupuestarios y deudas acumuladas.
Según las cifras divulgadas tras la consagración, Santa Fe recibió un premio cercano a los 875.000 dólares como resultado de la combinación de estímulos entregados por la Conmebol y la Dimayor. Sin embargo, el mayor impacto financiero proviene de la clasificación directa a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026, que asegura al menos tres millones de dólares adicionales solo por participación. A esto se suman las bonificaciones por partido ganado y la visibilidad internacional que ofrece el torneo, factores que pueden traducirse en nuevas oportunidades comerciales y alianzas estratégicas con patrocinadores.
En total, la victoria cardenal representa un ingreso estimado de 3,7 millones de dólares, una cifra que no solo fortalece el flujo de caja del club, sino que también permite proyectar inversiones en áreas clave. Aunque la distribución exacta no ha sido confirmada, en la práctica los clubes suelen destinar entre el 30 % y el 50 % de los premios a bonificaciones para sus jugadores, lo que en este caso equivaldría a un reparto de entre 1,1 y 1,8 millones de dólares, con cifras individuales que podrían oscilar entre los 40.000 y 60.000 dólares por jugador, dependiendo de su rol y de los acuerdos contractuales internos.
Los premios que gana Santa Fe por ser campeón del fútbol colombianos,
— Cesar Augusto Londoño (@cesaralo) June 30, 2025
En dólares:
US 500.000 por Conmebol
US 250.000 por Dimayor
US 3.500.000 por Copa Libertadores
US 350.000 por partido ganado
US 4.250.000 asegurados
$ 17.350.000.000 pesos colombianos. pic.twitter.com/6emBbIOVFV
El premio económico no termina en la fase de grupos. La Copa Libertadores contempla una escalada en los estímulos financieros conforme avanza el torneo: un millón de dólares por cada partido disputado en la fase inicial, 1,25 millones por octavos de final, 1,7 millones en cuartos, 2,3 millones en semifinales y hasta 24 millones para el club campeón. En total, la Conmebol destinará más de 225 millones de dólares entre premios, bonos y estímulos especiales para la edición 2026, lo que convierte a esta competencia en una fuente clave de ingresos para cualquier club que aspire a mantenerse competitivo.
Más allá del impacto directo sobre las finanzas del club, el título de Santa Fe ha tenido un efecto inmediato en la economía local. Según un comunicado de Fenalco Bogotá Cundinamarca, las finales del fútbol profesional colombiano suelen generar aumentos de hasta un 60 % en las ventas de bares y gastrobares de la ciudad, un 30 % en restaurantes y alrededor del 25 % en tiendas minoristas y servicios de transporte urbano. En sectores como Chapinero y Teusaquillo (tradicionalmente vinculados a la hinchada santafereña) estos incrementos fueron particularmente notables durante la semana de la final. Este tipo de eventos no solo moviliza a los aficionados, sino que impulsa el consumo en distintos sectores del comercio, fortaleciendo temporalmente la economía capitalina.

Desde la dirigencia del club se ha manifestado la intención de utilizar parte de estos recursos para reforzar la nómina de cara a la Copa Libertadores, renovar contratos de jugadores clave (como el del goleador, Hugo Rodallega) e invertir en el mejoramiento de la infraestructura del club, así como en el fortalecimiento de sus divisiones menores, aspecto clave que el actual técnico Jorge Bava ha intentado utilizar en partidos de menor importancia, para ir mejorando las habilidades de los jugadores canteranos. Esta última es una apuesta estratégica que no solo puede aportar sostenibilidad deportiva, sino también representar ingresos futuros a través de la venta de jugadores formados en casa.
En este contexto, la economista María Laura Ordoñez que realizó un magíster en negocios del fútbol en The Football Business Academy y experta en gobernanza deportiva advierte que: “Los modelos de gestión son fundamentales hoy en día, sobre todo por temas de reputación. Para una empresa privada interesada en patrocinar un club, es clave saber que ese club es transparente, que tiene un buen historial de reinversión, formación de talentos, compromiso ambiental y social. Es como evaluar el comportamiento crediticio de una persona: si ha cumplido antes, es un aliado confiable. Y eso incluye cuidar a sus activos: jugadores y jugadoras, impulsar el fútbol femenino y proyectar estrategias a largo plazo.”
El triunfo de Santa Fe también ha desatado una ola de consumo simbólico que se traduce en ventas de camisetas, incremento en la demanda de abonos a partidos del semestre, mayor interés de marcas comerciales y un renovado sentido de pertenencia por parte de la hinchada (que se había fracturado con la dirigencia). Todo esto genera un efecto multiplicador que beneficia no solo a la institución, sino también a sectores empresariales vinculados al deporte.