Estafa
Dos cajeras de un supermercado robaban la plata que pagaban los clientes y fueron pilladas por la dueña. Esta fue la treta utilizada
En vez del código del negocio para que el dinero entrara en la cuenta del dueño, entregaban el personal. Fueron denunciadas ante la Fiscalía.

Durante un par de meses, dos cajeras que trabajaban para un supermercado en la población de La Plata, Argentina, lograron amasar una fuerte suma de dinero a punta de estafas, según registra el diario Clarín.
El sistema de Clave Bancaria Uniforme (CBU) que se utiliza en este país fue propicio para que las dos mujeres armaran el plan para robar, actividad que lograron mantener por más de un mes.
Dicho sistema CBU consiste en un código de 6 a 22 caracteres que identifica a cada cuenta bancaria en Argentina. Es como una especie de marca personal que registra al individuo ante el sistema financiero, de manera que pueda hacer transferencias y recibirlas.
Para los negocios suele ser algo muy seguro. Simplemente, el cliente llega, recoge los productos que necesita, se acerca a la caja y pide el código para el pago. Una vez hecha la transacción, la plata queda segura en la cuenta del tenedor.
La estafa de las dos cajeras consistía en entregar su CBU personal, que en Argentina se conoce como el alias, en vez del correspondiente al negocio.
El engaño fue montado en la línea de cajas con el fin de robar parte de la facturación de las compras que se hacían los ciudadanos.

La herramienta del CBU se muestra como segura, ya que en el momento de utilizarlo se puede corroborar el nombre del destinatario antes de hacer la operación. Es decir, es algo parecido a lo que sucede cuando un colombiano va a realizar una transferencia a través de Nequi y en la aplicación del celular introduce el número de teléfono del destinatario, de inmediato le aparecen nombre y apellido, con lo cual, puede decidir si hacer o no la transacción.
De acuerdo con el registro del hecho en el diario Clarín, la dueña del supermercado se percató de lo que estaba ocurriendo y fue así como presentó una denuncia penal contra dos de sus empleadas.
En la investigación que inicia la Fiscalía del país, a donde fue a parar el caso, tendrá que haber un reconteo de las transacciones que se realizaron en el tiempo en el cual se calcula que se registró el fraude. Un trabajador del supermercado contó en Clarín que las pérdidas podrían ascender a siete millones de pesos argentinos, los cuales equivaldrían a unos 19 millones de pesos colombianos.
Hay que señalar que, para configurar el fraude, las cajeras les decían a los clientes que el sistema estaba fallando, por lo que debían hacer el pago a la cuenta alterna registrada con el alias de ellas.
Con las cámaras
Las cámaras de seguridad del negocio fueron determinantes para que se lograra corroborar la maniobra que estaban ejecutando las cajeras, explicó la publicación. De hecho, las imágenes fueron presentadas como material probatorio en el caso.
Los delitos para configurar la acusación ante la Fiscalía fueron estafa y robo.
